Bajo el título Perspectivas de posicionamiento del
libro electrónico. Cuba en circunstancias concretas, el Proyecto Cuba Digital ofreció en la 33º Feria Internacional del Libro La Habana 2025, una
conferencia sobre cómo posicionar los textos electrónicos en la red de redes y
el impacto de estos en la nación caribeña durante la era tecnológica.
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Tomada de Prensa Latina |
La conferencia estuvo a cargo del escritor y coordinador del Programa Nacional del Libro Digital en Cuba (Pnldc), Jorge Ángel Hernández, quien se refirió a la funcionalidad de esta modalidad literaria, pero las pocas o nulas posibilidades de que nuestro mercado se inserte o iguale con el resto de los países en lo referido a los eBooks.
A su justa e irónica manera, Umberto Eco equipara el
libro con una cuchara, la rueda o la tijera, «una vez que se inventa»,
escribió, «no puedes conseguir algo mejor», apuntó el especialista.
Es obvio, prosiguió el coordinador del Pnldc, que lo que
hace genial a un invento de esta índole es su variedad, sus posibilidades para
autorenovarse y mejorar sus niveles de funcionalidad.
Hernández recordó entonces esa gran invención que es el
libro electrónico, ese manual convertido ya en un objeto de uso y adicción para
el comercio con infinitas posibilidades de expansión cultural.
¿Podremos tener a corto plazo en Cuba la tecnología
imprescindible para desarrollar y posicionar el libro cubano en su formato
electrónico?, preguntó.
Es obvia y tajante la respuesta. No. No existen
posibilidades de insertarnos en igualdad de condiciones en el ecosistema global
de la distribución del libro, expuso Hernández en la conferencia.
Esta sencilla conclusión podría dividir el panorama de
reacción en dos polos opuestos: apocalípticos e integrados, según el modo de
Eco; o si me permiten voltear la tuerca lingüística en empíricos optimistas o
pesimistas empíricos, reflexionó Hernández en su conferencia.
Por tanto, se impone educar, tanto en el mercado foráneo,
como en el nuestro, y empezar de cero. La mayoría de la gente no se ha dado
cuenta de que el libro tiene que cambiar con los mismos avances tecnológicos,
señaló.
Con la llegada de la era digital la publicación del libro
en formato electrónico se expandió y Cuba, sin ser la excepción, tomó parte en
el proceso, aunque con muchísimo terreno por recorrer, concluyó.
Tomado de Prensa Latina
ELZ
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