Ni por asomo se puede poner en duda el esfuerzo, y tampoco los resultados de un 2023 en el que se recrudecieron aún más el bloqueo y la persecución a cualquier movimiento financiero de Cuba; y más de 70 atletas dejaron los equipos nacionales en el año. Lo alcanzado es una proeza, porque no se miró del lado triunfalista
Este 2023 es aún un presente ansioso de ser futuro. Hablamos de 12 meses de resistencia y de victoria, que llevarán a Cuba a amanecer en 2024 llena de retos. Ese destino es ya motivación.
Así encarará el deporte cubano el próximo calendario, en el que, en un día de tanta relevancia patria como el 26 de julio, emprenderá la misión de convertir en realidad lo que preparó en 2023. La suerte está echada, en esa fecha del próximo almanaque se inaugurarán, en París, los XXXII Juegos Olímpicos.
Dos exigencias multideportivas, en medio de uno de los momentos más críticos por los que ha pasado la economía cubana en Revolución, que laceró muchas de las bondades sociales, marcaron el año: los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en junio, en San Salvador, y los Panamericanos, en octubre, en Santiago de Chile.
Fue sabio y visionario el enfoque en esas lides. No ir con un sentido «championista», y competir de acuerdo con las reales posibilidades del movimiento deportivo nacional en esos momentos, se ajustó a lo objetivamente alcanzable, y dio la oportunidad de evaluar, en situaciones de alta demanda, la estrategia de cara al olímpico 2024.
Ni a la lid salvadoreña ni a la santiaguina Cuba fue a sacar cuentas de medallas, sino a exponer las cualidades humanas que hacen al movimiento deportivo fiel reflejo de un pueblo que no deja de combatir.
Por eso, al decir del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, «Cuba pedaleó con Arlenis, dio vueltas en el aire con Anisley, tiró con Laina, Leuris y Jorge, saltó con Parada, corrió con las chicas del relevo», y al recibirlos en la Patria, tras esas gloriosas páginas, exclamó: ¡El deporte cubano sigue vivo!
Es la razón, también, por la cual la Mayor de las Antillas sobrepasó lo previsto en el medallero, al pasar, en la reunión centrocaribeña, de los 70 lauros dorados, y en la continental, los 22 premios de ese color. Pero el dato, aunque relevante, no es lo principal en la estrategia de ir por más en 2024.
AÑO 2023, EL AVANCE
Arrojo, combatividad, resiliencia y esa inconformidad que nos atraviesa el espíritu de cubanía fueron mostrados en esas citas. Se inscribieron verdaderos hitos para unos jóvenes que, sin contar con un ambiente óptimo de preparación, no renunciaron a la victoria. Muestra de ello son los 43 debutantes que subieron al podio en los Panamericanos.
Hacía 25 años, la natación no escalaba a lo más alto del podio en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero un grupo de muchachas, haladas por Elisbet Gámez, con la certera guía de su profesora, María Luisa Mojarrieta, regresaron doradas; allí se estrenó el medallero internacional del boxeo femenino, con una de plata y dos de bronce; el atletismo volvió a dominar el área, y también la lucha, con 15 preseas áureas, una de segundo lugar y un par de tercer puesto.
En Santiago de Chile, tras 32 años, el tenis de mesa se erigió ganador frente a parejas de altísimo nivel mundial. El mismo tiempo pasó para ver a una velocista cubana campeona, mientras los relevos de 4x100 y 4x400 de mujeres, nos regalaron carreras electrizantes que, como Juantorena, nos hicieron volar por la pista junto a ellas, con el corazón.
El judo venció a una potencia mundial como Brasil, en la lid por equipos, incluso faltándole un competidor, lo cual realzó el metal de oro continental. Ningún deporte se pareció a la lucha. A sus dos títulos mundiales, los de Luis Orta y Gabriel Rosillo, en los Centrocaribe y en los Panamericanos, hizo que el himno de los colchones fuera cubano.
La mejor canoísta que ha tenido Cuba, en 2023 y en su historia, Yarisleidis Cirilo, se alzó con el título del planeta, y mandó una señal a París-2024. Otra diadema mundial la logró el púgil Yoenlis Feliciano, quien después torció el camino de sus puños, al dejar a su equipo.
Cómo no detenerse ante el dinamismo y la alegría de los campeones más jóvenes del año. Los muchachos del Beisbol5 reinaron en el Mundial Juvenil, sin la sombra de un revés.
Si de hazaña se trata, Robiel Yankiel Sol puso el listón tan alto como Javier Sotomayor, cuyo récord de 2,45, en 2023 cumplió 30 años, y el primero que fijó (2,43), 35, y recibió el premio Leyenda de Panam Sport. Robiel sigue los pasos del Príncipe de las Alturas, con tres marcas mundiales en el año.
A veces, la cotidianidad nos acostumbra, o nos enrola en su rutina, pero Omara Durand tiene la suya propia, que es la de ganar. En los Parapanamericanos conquistó su medalla de oro número 13, y la 14 en justa mundialistas.
El voleibolista Miguel Ángel López y el luchador Luis Orta fueron elegidos los mejores del mundo, y Cirilo la mejor deportista de América, según la organización de periodistas de ese continente.
AÑO 2024, LA PELÍCULA
Ni por asomo se puede poner en duda el esfuerzo, y tampoco los resultados de un 2023 en el que se recrudecieron aún más el bloqueo y la persecución a cualquier movimiento financiero de Cuba; y más de 70 atletas dejaron los equipos nacionales en el año. Lo alcanzado es una proeza, porque no se miró del lado triunfalista.
Sabe el deporte cubano, por su rica historia, y porque no renuncia a mantenerse como una potencia deportiva, que en las justas centrocaribeñas, la de San Salvador fue la tercera en que se desciende en preseas de oro y en los totales: Veracruz-2014 (123 y 254), Barranquilla-2018 (102 y 242) y en 2023 (74 y 196); que en los Panamericanos, por quinta ocasión, decrecimos en títulos: Santo Domingo-2003 (72), Río de Janeiro-2007 (59), Guadalajara-2011 (58), Toronto-2015 (36), Lima-2019 (33) y Santiago-2023 (30), o que en esta última cita el acumulado fue el más bajo desde Winnipeg-1967, y por primera vez ningún deporte colectivo pudo vencer, lo que no sucedía desde 1959.
Entonces, ¿qué película veremos en la capital francesa? Sencillamente, la de una colosal batalla cubana por brillar en el principal escenario deportivo mundial. No es un deseo romántico, aunque será más engorroso que nunca. Cuba tiene esa aspiración porque cuenta con atletas del más alto nivel en varias disciplinas. El objetivo de la pequeña, pero gigante e indomable Isla, es seguir entre los 20 primeros, con lo que no pueden soñar varias naciones desarrolladas, ni las que aventajaron a Cuba en las lides centrocaribeña y panamericana.
La recta final, desde el primer día de 2024, demandará, como en 2023, del aporte de la ciencia, de los saberes y de las experiencias que permitieron que nos emocionáramos con lo alcanzado.
Al mirar 2023, para ver 2024, nos vuelve a hablar José Ramón Fernández, con su concepto de defender un propósito y no un pronóstico. Así se hizo este año, y se sobrepasaron los vaticinios.
Cuba tiene ya 20 cupos olímpicos, pero más que esa cifra, que crecerá mucho más, se trabaja, de manera personalizada, con cada una de las posibilidades de lauros, jerarquizando la atención de 15 de esos clasificados, pues ellos podrían sostener el objetivo. En Tokio, con la delegación más pequeña a esas citas (69 atletas), se logró el escaño 14, con siete de oro.
El rodaje de 2024 ya comenzó, desde un presente al que le quedan horas para ser pasado, pero con el mérito de haber construido futuro.
odh/Granma
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