Todos los grandes retos de la prensa cubana de hoy pasan por la formación profesional y la superación, en particular los propósitos esenciales pensados para el sector en la Isla: El cambio del modelo de gestión, y propiciar el alcance de un ejercicio cada vez más depurado, de altura, que –en consecuencia- sea consumido con placer por los públicos hacia los cuales va dirigido.

Y precisamente la preparación y adiestramiento académico de quienes están llamados a nutrir las redacciones  y el crecimiento continuo de aquellos que ya están en ellas, fueron los temas abordados en una de las tres comisiones que sesionaron hoy,  en la primera jornada de trabajo del XI Congreso de la Unión de Periodista de Cuba (UPEC), que inició en horas de la mañana, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, y concluirá mañana viernes, con el debate en plenario, entrega de reconocimientos, y la presentación de los integrantes de la Comisión de Ética, el Jurado de los Premios Nacionales de Periodismo y los re4sultados de la elección de la Presidencia.

Dos ponencias, que a cargo de Maribel Acosta Damas, jefa de la carrera en las Facultades de Comunicación del País, y Francisco Rodríguez Cruz, uno de los reporteros estrellas del periódico Trabajadores, hacen, de conjunto, un retrato bastante abarcador y exacto, tanto de un aspecto como del otro, dieron paso al debate, suscitado desde la visión de académicos, prestigiosos periodistas de larga data en el oficio, también algunos en doble función e incluso, alumnos en formación.

Acosta Damas puso de relieve aspectos importantísimos. Digamos, por ejemplo, que la licenciatura en periodismo se estudia en solo seis universidades de toda la Isla, y que actualmente la carrera exhibe la matrícula más baja de su historia, en la etapa revolucionaria.

Por su parte Rodríguez Cruz, a partir de su estudio de realidades y problemáticas, convocó a dar respuestas a interrogantes cardinales: ¿La asimilación de las nuevas tecnologías ha dejado en un segundo plano la superación profesional en relación con los contenidos periodísticos? ¿Cómo organizan nuestros medios la capacitación en el puesto de trabajo? ¿Se nos prepara para la convergencia y el trabajo colectivo o todavía predomina el concepto de la “guerrilla” y el estrellato individual?

Foto: Cubaperiodistas

Los intentos de respuestas a estas y otras interrogantes concluyeron que las plantillas de los medios están cubiertas pobremente, ha disminuido el interés por estudiar la carrera, a veces la retención es baja, muchos egresados emigran hacia otros sectores o el exterior, golpea la falta de recursos en las universidades y los periódicos, la carrera en cuatro años daña la preparación cultural y humanística…

Frente a tales adversidades los delegados que tomaron la palabra se pronunciaron por multiplicar las opciones de superación, que crear mecanismos para hacer una maestría o un doctorado no sea como ahora prácticamente misión imposible, aprovechar más las opciones de la docencia no presencial, en materia de superación acabar con el “habanacentrismo”, y promover los eventos territoriales, desatar las fuerzas creativas propias.

En ese mismo orden de cosas también fue ponderada la labor del Instituto Internacional de Periodismo (acaba de celebrar su aniversario 40) y se hizo un llamado a un aprovechamiento superior de las oportunidades que ofrece.

Asimismo otros abogaron por adecuar los programas de estudio a las exigencias del ejercicio profesional, que el Colegio (alumnos que hacen el 12 grado en la universidad) deje ser la opción única de ingreso a la carrera, evaluar científicamente las trabas que limitan el ejercicio del periodismo, y que se aproveche más la contratación de los estudiantes, con el doble propósito de fortalecer su formación y evitar que vayan a buscar la satisfacción de sus necesidades monetarias a otros lugares ajenos a la profesión.

En tal sentido, José Alejandro Rodríguez (Pepe), habló de la conveniencia de que las redacciones se conviertan en extensiones de las universidades, de recibir a recién graduados y adiestrados con los brazos abiertos y abrazarlos, dejarlos beber de la experiencia, pero a la vez respetar sus criterios, escucharles, intercambiar.

“Las redacciones deben ser las aulas de la continuidad, pistas acogedores adonde el andamiaje teórico de los jóvenes aterrice en la terca realidad, donde se atempere el debe ser con el ser”, acotaba Pepe. 

Si queremos jóvenes enamorados del periodismo las redacciones tienen que dejar atrás las rutinas conformistas –agregó-, para luego puntualizar: Es menester ser inclusivos y no repetir errores de otros tiempos que muchas veces nos llevan a convertirnos en exportadores involuntarios de profesionales.

“Hay una relación insoslayable entre la superación y el cambio de modelo, que no ha de ser solo tecnológico e implica asimismo acumular muchos saberes, dominar el idioma, redactar bien, con audacia y compromiso. Esa es siempre la divisa del periodismo cubano”, concluyó.

nyr/Tribuna de La Habana