Foto: Dunia Álvarez Palacios
Mientras las instituciones que fungen como
pilares de la llamada democracia representativa se encuentran sumidas en una
profunda crisis y, para acceder a puestos de gobierno se demanda cada vez más
dinero en pos de pagar campañas multimillonarias, en Cuba existe un sistema electoral del pueblo que garantiza el derecho
de elegir y ser elegido a cualquier ciudadano, sin mediar privilegios de
ningún tipo.
Las asambleas municipales del Poder Popular, que se constituyen hoy,
son evidencias de lo anterior. Con la toma de posesión de los delegados de circunscripción elegidos en cada municipio, quedarán
configuradas dichas instancias, en ceremonias solemnes.
Una vez constituida la Asamblea Municipal del Poder Popular,
el proyecto de candidatura para ocupar los cargos de Presidente y
Vicepresidente se integra con dos candidatos seleccionados entre los delegados
de la propia Asamblea.
Los delegados eligen,
mediante voto secreto, a su Presidente y Vicepresidente; y después de que estos
son elegidos, el Presidente de la Comisión Electoral Municipal da paso a la
posesión de cargos.
Según establece la Constitución de la República, la Asamblea
Municipal del Poder Popular es el órgano superior del poder del Estado en su
demarcación y, en consecuencia, está investida de la más alta autoridad en
su territorio. Para ello, dentro del marco de su competencia, ejerce las
atribuciones que la Carta Magna y las leyes le asignan; y se renueva cada cinco
años, que es el periodo de duración del mandato de sus delegados.
Estas asambleas, que serán
constituidas a escala nacional, así como el proceso previo que posibilita su
articulación, sintetizan y muestran la democracia revolucionaria en su
plenitud.
Julio
Martínez Molina
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