En uno de los capítulos de la telenovela brasileña Suerte de vivir aunque su personaje se encuentra confinado a un sillón de ruedas y exhibe sus más de 70 años, chicas de la Escuela de Samba lo hayan “muy guapo”.
Y es que Antonio Fagundes irradia dotes de galán acompañadas de un histrionismo notable avalado por una carrera impresionante, que abarca teatro, cine y TV, con infinidad de telenovelas, donde fue captado desde 1969 con El hombre es Dios.
Recordamos de 1979 Carga pesada y después Vale todo (excelente audiovisual) y El rey del ganado, por solo mencionar algunas.
A los ocho años descubrió su vocación y desde entonces no ha dejado de actuar. En TV reconocemos títulos como Loco amor, La reina de la chatarra, La próxima víctima y Rastro de mentiras, entre muchas otras.
El cine lo asumió también desde 1969 con A compadecida, Gaijin, caminos de libertad (aquí destapó nuestra admiración) y Leila Diniz.
Hago un aparte para referirme al filme El cuerpo, de 1980, esta vez ha sido asesinado por unas mujeres ciegas de celos, y pasa casi medio metraje inerte, aun así, y no sé cómo, domina las escenas de forma verdaderamente impactante.
Los lauros son casi infinitos. En 1985 mereció el premio Moliere de teatro por Cyrano de Bergerac, que repite tres años después protagonizando Fragmentos de un discurso amoroso. Con la mencionada El cuerpo obtuvo el premio Internacional de Cine de Cartagena, y la lista continua.
Ha hecho doblajes como el realizado para La marcha de los pingüinos, multipremiado documental francés de Luc Jacquet.
Al prestigioso actor Antonio Da Silva Fagundes Filho lo seguimos disfrutando ahora en el culebrón Suerte de vivir, de reciente estreno mundial.
Por/ Gladys Ramos Leal
fotos de internet
odh
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo