La experiencia en el trabajo con
las Cantorías realmente ha sido muy enriquecedora. Foto: Yaimí Ravelo
La cultura no es universo
abstracto ni acepción para élites. Ella está en todo, y entendida de la mejor
manera –la emancipadora, la enaltecedora–, sirve para vivir. Por eso la Revolución siempre ha alimentado el
desvelo por hacer mujeres y hombres cultos desde cada espacio de la sociedad;
y hoy, cuando son tan necesarios los arraigos del espíritu, la Isla hace
hincapié en ese empeño.
Es lo que decía recientemente
el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de
la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez,
durante un encuentro sostenido por él en el Palacio de la Revolución, con un
grupo de creadores destacados y directivos del sector de la Cultura:
“Aquí lo que estamos es
tratando de promover cómo la gente se hace de una perspectiva; de una manera de
hacer para llevar, desde la cultura, el
pensamiento martiano, la historia; pero de una forma que encante: creativa; y
que eso complemente entonces lo que hacemos en la escuela, el trabajo de la
familia y los otros espacios que hay a nivel de la sociedad”.
Para mantener vivas las
ideas del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), ya
resulta habitual este tipo de encuentros. Y el tema más reciente ha sido cómo
marcha el cumplimiento de los acuerdos y planteamientos del IX Congreso,
relacionados con la Comisión Permanente de Educación, Cultura y Sociedad.
Luis Morlote Rivas,
presidente de la Uneac, recordó que en la agenda “prevalece el análisis
permanente de la relación entre educación y cultura, a partir de la idea de
contar con la escuela como la institución cultural más importante de cada
comunidad; por ser, junto a la familia, no solo el espacio donde se adquieren
conocimientos, sino en el que se forman valores cívicos, éticos y estéticos, y
se prepara a las generaciones emergentes para la vida en nuestra sociedad”.
En el proceso
preparatorio y durante la celebración del Congreso –apuntó– se discutió
ampliamente sobre la importancia de la educación en la formación de las nuevas
generaciones; y fueron puestas de relieve las contribuciones de la Comisión
Permanente de Educación, Cultura y Sociedad, integrada por reconocidos miembros
de nuestra organización y destacados profesionales de la educación.
Lo anterior, dijo, “ha
sido posible gracias al establecimiento de un canal de comunicación entre la
Uneac y el Ministerio de Educación (Mined), y al espíritu de colaboración
prevaleciente en dicha relación”.
Esas palabras –en una
jornada que también contó en la presidencia con el miembro del Secretariado del
Comité Central del Partido y jefe del Departamento Ideológico, Rogelio Polanco
Fuentes– dieron paso a valiosas reflexiones sobre el alcance de la cultura en
la actividad educativa.
La primera disertación
estuvo a cargo de Carlos Alberto Cremata (Tin), fundador y director de la
Compañía Infantil La Colmenita; quien compartió la experiencia que vive
mientras lleva adelante la tarea definida, de conjunto con la dirección del
país, de hacer lo posible en pos de “la transformación
espiritual de la escuela cubana”.
José Martí estuvo en el
centro de su intervención, porque para Tin están resultando impactantes los
intercambios con diversos grupos de la sociedad a quienes ha ido a hablarles
sobre el Apóstol.
Ya él ha estado en más de
40 lugares, y sabe que el movimiento “Martí
sigue llegando a mi casa”, con el cual piensa llegar a escuelas, unidades militares, fábricas y otros espacios a lo
largo del país, dará frutos.
Cremata explicó que el
movimiento consta de cuatro etapas: la del diagnóstico (para ver quiénes pueden
ser los replicadores de las ideas martianas); la pedagógica (“donde nosotros
mostramos a otros cómo hacemos desde el año 2014” para fomentar valores); la de
la práctica artística; y la de la práctica comprometida (realizar pequeñas
acciones “que den testimonio de una sociedad fraterna, amorosa y digna”). “Yo
me siento inmensamente feliz con esa misión”, confesó Cremata.
José Manuel Espino, poeta
y promotor cultural de la Atenas de Cuba, expresó que “en Matanzas se está
dando el encuentro entre educación y cultura”. Habló de estudiantes de música
participando en conciertos de Jazz, de la Feria del Libro, de las “escuelas
abiertas” –idea apoyada por el Partido y el Gobierno, consistente en ir los
fines de semana a lugares vulnerables; porque, como él dijo, “la palabra sana,
la palabra ayuda”.
Pedro de la Hoz, periodista y
crítico de arte, enunció “que cada escritor y cada artista pueden hacer mucho,
en el ámbito extracurricular, para enriquecer la vida de la gente, para formar
mejores ciudadanos, y para divertir de una manera sana”.
Foto: Estudios Revolución |
“Cantorías (proyecto del Coro
Nacional de Cuba, que agrupa a cientos de niños y cuyo promotor fue Fidel), ha
sido una experiencia única. Nosotros tuvimos un gran movimiento de San Antonio
a Maisí, de cantorías infantiles; necesitamos que eso se recupere, porque el
canto en coro dignifica y enaltece”.
Nelson Simón, escritor de la
provincia de Pinar del Río, y presidente de la Uneac en ese territorio, aclaró:
“Nosotros no estamos para suplantar espacios, sino que estamos para
complementarnos, para aportar desde los saberes de la cultura a todo este
proceso”. Han sido hermosas y muy gratificantes, dijo, las vivencias
relacionadas con la promoción de libros y de bibliotecas. “Estamos trabajando
muy estrechamente con la escuela”, afirmó, y resaltó la “literatura como un
vehículo para transmitir valores culturales, éticos y cívicos”.
Nuria García, quien coordina
desde el Mined el trabajo con el área de la cultura y los proyectos de la
Uneac, recordó que ella creció con el movimiento de Cantorías infantiles. “En
todas las escuelas tiene que haber un coro”, expresó.
“Desde 2009, narró, tenemos una
orquesta de guitarras que hizo historia en La Lisa: empezamos con ocho niños; a
los tres meses eran 28; y a los ocho meses dimos nuestro primer concierto con
20 obras. Hoy ya tenemos 13 años, y tenemos 401 niños”.
La idea “no es que toquen perfecto;
la idea es que amen la música, que conozcan la historia de Cuba –cuando tú
conoces la historia de Cuba, tu identidad, tus raíces, por lógica tienes que
amar este país tan lindo”.
Por su parte, Iván Barreto
Gelles, director de la Empresa de Informática y Medios Audiovisuales
(Cinesoft), hizo referencia a la trascendencia de la educación audiovisual; y
destacó la urgencia de que “los muchachos” aprendan a observar un mundo de
imágenes y sonidos, para poder entenderlo y para poder lidiar con él.
Y Fernando Echevarría, actor,
definió que “la ética tiene que ser la columna vertebral nuestra”, al tiempo de
aseverar que “hay que hacer una labor extraordinaria con el horizonte cultural
de nuestros jóvenes”.
El actor y humorista Osvaldo
Doimeadiós se refirió al valor de la “articulación entre distintas
manifestaciones y disciplinas; articularnos también con la docencia”. Lo dijo
desde la experiencia de su propia obra; esa que hace pensar y que siembra
tantas interrogantes, como reflexionaba el Presidente.
“Cuando discutimos estos temas
–razonó el Jefe de Estado–, lo que pienso es cómo nosotros propiciamos que la
gente tenga un bagaje cultural que les permita apreciar el arte”.
Destacó que esa fortaleza debe
ser creada desde la niñez, en el sistema de escuelas, en el sistema
institucional. Es algo, valoró, que aunque ha estado en el sueño de la
Revolución y Fidel fue el primero en defenderlo, todavía no se manifiesta del
modo soñado.
Una preocupación quiso compartir
el poeta y etnólogo Miguel Barnet. “Tenemos que rescatar los verdaderos
contenidos de ese concepto de política, que está indisolublemente vinculado con
la ideología y con la poesía. En internet, cuando difaman a la Revolución, o a
los revolucionarios, lo hacen desde una posición llamada apolítica, según los
difamadores; y no saben que la nación cubana se gestó con una semilla poética
cuyo fruto fue político”.
“La más bella obra de la nación
cubana –prosiguió– es la Revolución, que es el acto poético más grande de
nuestra historia. Nuestros próceres, desde Céspedes hasta José Martí, son
políticos porque llevaban la poesía en su corazón. Quitémosle ese halo de
negatividad a la palabra política. Ella, como la Patria, es ara y no pedestal”.
Díaz-Canel agradeció a todos por
haber acudido al encuentro. “El tema es lo que nos falta para que estas buenas
experiencias no sigan siendo excepcionales”, expresó el mandatario. Enfatizó en
la necesidad de llevarlas a todos los lugares, cuidando en todo momento las
características propias de cada escenario”.
“Creo –afirmó– que hay organismos
formadores, tanto el Ministerio de Educación como el de Educación Superior, que
han sido receptivos a este encuentro con la cultura. Creo que hemos superado
otros momentos, donde estábamos más ubicados en parcelas, en fincas, donde nos
costaba más interactuar. (…) “Lo que nos falta es integrar, articular más,
socializar, oír más a las gentes que quieren proponer proyectos; ayudarlos,
abrirles puertas, proyectar, que otros puedan asesorar sobre la base de las
experiencias”.
Es el momento, enfatizó, de
seguir trabajando para implementar las ideas, y para amplificar las buenas
experiencias.
Foto: Estudios Revolución |
Foto: Estudios Revolución |
Foto: Estudios Revolución |
amss/Tomado de Granma
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