Los mosquitos esterilizados no se vuelven radiactivos ni ocasionan daño alguno a la salud de las personas
Recientemente fue noticia que nuestro país empleó, por segunda ocasión, en La Habana, y esta vez mediante el uso de un dron, la denominada Técnica del Insecto Estéril (TIE).
Para esclarecer las interrogantes e inquietudes expresadas por algunos lectores, en torno a la conveniencia de aplicar ese proceder en Cuba, Granma conversó con el doctor René Gato Armas, especialista del Departamento de Control de Vectores del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), quien dirige la ejecución del singular proyecto científico.
-¿En qué consiste la TIE?
-La TIE es una estrategia de control biológico de plagas que implica la cría masiva en una bioplanta y la posterior esterilización, mediante radiaciones ionizantes, de insectos machos.
«Una vez esterilizados, estos se sueltan al medioambiente en lugares previamente seleccionados y, al aparearse con las hembras silvestres, no producen descendencia, interrumpiendo así el ciclo reproductivo. Con el paso del tiempo, el mayor beneficio de la TIE consiste en lograr la reducción significativa de la población de la especie por controlar, incluso se puede llegar a su erradicación.
«Para lograr resultados efectivos, las liberaciones de insectos estériles deben mantenerse durante un periodo prolongado, en grandes cantidades y en un área lo suficientemente amplia. Lo anterior busca prevenir que los insectos migren desde otras zonas y restablezcan la población.
«A diferencia del control biológico tradicional, la TIE no implica la introducción de especies no autóctonas en el ecosistema. Tampoco afecta ninguna otra especie de insecto que no sea aquella para la cual se concibió su aplicación. La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria clasifica los insectos estériles como organismos beneficiosos.
«Debo recalcar que se trata de una herramienta alternativa al empleo de los insecticidas, que continúan siendo, hasta el presente, el método más usado en el control de plagas y vectores.
«Sin embargo, en los últimos años hemos observado una creciente resistencia de los insectos frente a la aplicación de esos productos químicos.
-¿Donde comenzó a emplearse la TIE en el mundo? ¿Puede mencionar algunas de las experiencias más exitosas?
-Inicialmente se desarrolló en Estados Unidos, en la década de los 60, con el propósito de controlar plagas de interés agropecuario. Luego se fue extendiendo su aplicación y, en la actualidad, suman más de 50 los países que la han introducido, con resultados favorables.
«Quizá el ejemplo más notable es la erradicación del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax), del sur de Estados Unidos y toda Centroamérica. Otra experiencia relevante es la eliminación de la mosca Tsé-Tsé, en Tanzania, y la supresión completa de la mosca de la fruta en la isla japonesa de Okinawa, en 2007, con la ejecución de un programa que combinó la TIE con el control químico y otras acciones.
«Dentro de los beneficios reportados, resalta la reducción notable en las pérdidas de la producción agrícola y pecuaria, la sustancial disminución de los costos de producción y el gasto sanitario, además de la protección del medioambiente, al reducir la aplicación de insecticidas.
-¿Cuándo surgió el proyecto cubano de uso de la TIE?
-En Cuba empezó a estudiarse la técnica del insecto estéril para el control de mosquitos en 2007. Por cuestiones de organización y seguridad, se trabajó con un enfoque por fases, comenzando con estudios básicos de Biología Reproductiva de los machos de Aedes aegypti, siguiendo con la evaluación de la eficacia de la técnica a nivel de laboratorio, en condiciones simuladas de campo y, finalmente, en condiciones reales.
«Ya a finales de 2019 iniciamos el primer ensayo piloto en la comunidad de El Cano, en el capitalino municipio de La Lisa, donde evaluamos el efecto de la liberación de machos estériles de Aedes aegypti criados en el IPK, sobre la población silvestre de esa especie en el mencionado territorio.
«Decidimos recurrir a la TIE como una alternativa para el control sostenible de ese dañino vector, tomando en cuenta el descenso registrado en la efectividad de los insecticidas.
«Resulta oportuno recordar que solo la hembra del Aedes, transmite los virus del dengue, el Zika, chikungunya y otras enfermedades, pues los machos no pican ni propagan dolencias.
«En ese primer ensayo comparamos la densidad de la población de mosquitos antes y después de la intervención, en áreas de control sin tratar y áreas de liberación. La población silvestre se monitoreó mediante una red de ovitrampas, registrando la frecuencia y densidad de los huevos, así como su tasa de eclosión.
«Apreciamos una cantidad significativa de esterilidad inducida en el área de liberación, en comparación con la zona de control no tratada. Durante las últimas tres semanas del estudio no se recolectaron huevos en el sitio de tratamiento, lo que indica claramente que los machos irradiados fueron devueltos al entorno natural.
«Los resultados demostraron la conveniencia de utilizar la TIE como una estrategia necesaria. Ahora estamos enfrascados en una segunda etapa del proyecto, iniciada en el propio municipio de La Lisa, en marzo pasado.
«Vale puntualizar que la irradiación de los mosquitos machos se realiza en instalaciones cerradas y controladas, que cuentan con medidas de seguridad rigurosas, como blindaje y monitoreo ambiental.
«Ese tipo de radiación no deja ningún residuo, es decir, los mosquitos esterilizados no se vuelven radiactivos ni ocasionan daño alguno a la salud de las personas.
«Junto al IPK, trabajaron en el proyecto cubano de TIE el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear, el Ministerio de Salud Pública, entre otras instituciones nacionales y extranjeras».
odh/Granma
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