Humboldt 7 resuena en la memoria

La FEU, cada año, rinde homenaje a estos mártires, recordando su valentía y su lucha por la libertad y la justicia. La masacre de Humboldt 7 no es solo un capítulo oscuro en la historia de Cuba, sino también un recordatorio de la fuerza y la determinación de la juventud cubana, que sigue inspirando a nuevas generaciones a luchar por sus ideales

 Humboldt 7

En las calles de La Habana, donde el bullicio diario se mezcla con la brisa del Malecón, hay una historia que se cuenta en voz baja, una herida que aún no cicatriza. Es la historia de Humboldt 7, un relato de valor y sacrificio que se ha convertido en un símbolo eterno de resistencia para la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

El 20 de abril de 1957, un edificio en la calle Humboldt fue testigo de una tragedia. Cuatro jóvenes revolucionarios: Fructuoso Rodríguez Pérez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado Rodríguez y Joe Westbrook Rosales, fueron asesinados por el régimen de Batista. Ellos, miembros del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, habían sobrevivido al asalto al Palacio Presidencial y la toma de la emisora Radio Reloj.

La FEU, cada año, rinde homenaje a estos mártires, recordando su valentía y su lucha por la libertad y la justicia. La masacre de Humboldt 7 no es solo un capítulo oscuro en la historia de Cuba, sino también un recordatorio de la fuerza y la determinación de la juventud cubana, que sigue inspirando a nuevas generaciones a luchar por sus ideales.

Fotos: Roberto Suárez

El tributo fue presidido por el vice primer ministro Jorge Luis Perdomo Di- Lella; Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana; Meyvis Estévez Hechevarría, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, y Yanet Hernández Pérez, gobernadora de la capital.

En las palabras centrales del acto, Liz Laura Elguezabal, miembro del Secretariado Nacional de la FEU, ratificó el compromiso de esta generación de jóvenes rebeldes, que sigue teniendo presente la impronta de aquellos que dieron su vida por la Revolución, para que hoy ondee en lo más alto nuestra bandera. Hizo un llamado a la defensa de las causas justas, a ser los primeros en marchar y salir a pelear si es necesario cuando alguien intente dañar  la patria.

Este acto de memoria colectiva es más que una tradición; es un compromiso con el pasado y una promesa para el futuro. Los estudiantes universitarios de hoy, portadores de la antorcha de aquellos que cayeron, continúan su legado, manteniendo viva la llama de la esperanza y la transformación social.

La masacre de Humboldt 7 es un llamado a no olvidar, a mantener viva la historia y a honrar a aquellos que dieron su vida por un sueño de libertad. La FEU no solo recuerda a los caídos, sino que reafirma su compromiso con los valores por los que lucharon.

 

Fotos: Roberto Suárez

Por/Laura Fajardo Mastache

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