Desde la palma a la estrella le nació al universo una premonición, una redención anticipada, una acción y un pensamiento abarcadores de futuros impensados cuando recién comenzaba en nuestra patria la segunda mitad del siglo diecinueve.
Foto tomada del perfil en X de Inés María Chapman Vice primera ministra del Gobierno de la República de Cuba
Texto de Rosa
Pérez López
De doña Leonor y don Mariano germinó un surtidor de versos encendidos, un predicador de la soberanía nacional, un inspirador de asaltos al cielo y a cuarteles… y de esos materiales sublimes y aguerridos con que se escribe un poema o se prepara una guerra se forjó la estirpe del hombre más puro de la raza; del hombre que se convirtió en Apóstol de pétalo y acero cada vez que se hizo urgente una caricia o cuando fue necesario echar por tierra a un opresor.
Desde la estrella hasta la palma, tan empinado en cielo y tan en tierra, José Julián nos sigue siendo imprescindible, de tanto echar su suerte a nuestro lado cada día.
Por eso le sabemos compañero en el amanecer difícil, y profeta del fulgor de la alborada que vendrá.
Se hace reconocible en el surco de la vida, dejándole retoños al mañana; se hace indispensable en la contienda por los sueños, y nos hace falta todavía porque en tiempos difíciles y cruentos no son inútiles la virtud, la ternura y el valor de los cubanos.
YVL
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