Por Ricardo Gómez Rodríguez
Fotos: Periódico Trabajadores y Cubahora
Son niños, adolescentes y jóvenes los que reeditan momentos de la historia.
Ellos son portadores del compromiso de continuar y perfeccionar la obra propuesta por aquellos barbudos que hace 65 años arribaron a La Habana en la Caravana de la Libertad.
Habían salido de Santiago de Cuba el 2 de Enero de 1959, en un camino que facilitó dialogar con el pueblo; encuentros y discursos en los que Fidel explicó que la Revolución empezaba ahora, que sería una empresa dura y llena de peligros.
Tenía razón. Vendrían sabotajes, agresiones directas y un tortuoso camino, que fue posible transitar por más de seis décadas gracias a varias razones. Pero resalta la confianza del pueblo en sus líderes, el ejemplo que éstos siempre impusieron, y la entrega en primera fila, en cada batalla.
Hace pocas jornadas Raúl Castro convocó nuevamente a la unidad, en su discurso el Primero de Enero en Santiago de Cuba y al hablar sobre la fragua de acción y pensamiento en la que se forjó el Partido, la definió como ajena al autoritarismo y las imposiciones, escuchando y debatiendo los diferentes criterios y dando participación a cuantos estén dispuestos a sumarse a la obra. Modestia, honestidad, apego a la verdad, lealtad y compromiso han sido la clave, sentenció el General de Ejército.
Son las nuevas generaciones las que hoy portan las banderas y llevan sobre sus hombros el compromiso de crear, desde este suelo y para el bien de todos, confiados en que las mayores riquezas serán siempre las que salgan de nuestras manos.
Otra vez llega la Caravana de la Libertad a La Habana y el momento es un nuevo clarín al combate.
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