Texto: Rosa Pérez López
Ese dÃa de 1896 cayó en combate el general Antonio Maceo Grajales, y en 1934 nacÃa Frank PaÃs GarcÃa. Eran el Titán de Bronce protagonista de tantÃsimas batallas del Ejército Libertador, y el David Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento Veintiséis de Julio durante la lucha clandestina.
Tal vez pudiera pensarse en fortuitas coincidencias, como haber nacido ambos en Santiago de Cuba y sentir cada uno de ellos en su tiempo la urgencia de luchar por la independencia de su patria. Es preferible pensar que en esa tierra indómita han fructificado simientes valerosas y valiosas, tempranamente abonadas con el ejemplo de sus predecesores..
Asà Antonio y Frank crecieron en hogares donde se cultivaba la utilidad de la virtud, tanto como el afán de transformarla en patriotismo. Asà en el arriero y el maestro se fueron forjando los ideales de redención y de justicia donde se erigiera en cada cual la gloriosa ejecutoria en la manigua o en las calles santiagueras.
No podÃa suponer el Titán de Bronce que exactamente cuarenta años después de ofrendar su vida por la independencia de Cuba, nacerÃa un predestinado David dispuesto a continuar sus pasos emancipadores.
Asà se unieron en la historia nuestra y en el siete de diciembre, el hombre con ; tanta fuerza en la mente como en el brazo; -tal cual lo definiera José MartÃ- y el joven de dulce sonrisa y mirada soñadora, que fue todo coraje.
La mitologÃa griega y las sagradas escrituras jamás pudieron concebir la convergencia de un Titán y de David. Pero en el alma agradecida de la patria ambos están eternamente unidos en una fecha reservada a dos patriotas de estatura colosal: Antonio Maceo Grajales y Frank PaÃs GarcÃa.
nyr