Fotos: Jorge Luis Sánchez Rivera
Por Ricardo R. Gómez Rodríguez
La vida peligra. Como nunca antes está vigente la alerta
aquella de Fidel Castro de que una especie puede desaparecer en el mundo: el
hombre.
Si somos incapaces de aplicar conocimientos científicos y
la experiencia cumulada por ancestros, quizás muy pronto las guerras no sean
por un pedazo de tierra, o petróleo, sino por alimentos y agua.
Esos criterios son los que afloran a la menta de
cualquiera cuando escucha opiniones de una mujer muy preparada, pero con un
carácter modesto. Alguien que cuando habla te dice, “yo no soy jefa, sino que
trato de seguir siendo la misma profesora”. Ella es la Doctora en Ciencias
Adianez Taboada Zamora.
En su disertación ante los asistentes al V Congreso
Internacional de Marqueting, Desarrollo Local y Turismo, que sesiona en el
Palacio de las Convenciones de La Habana, la actual viceministra del Ministerio
de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), recordó que la recién aprobada
ley de Patrimonio incluye tanto el cultural, como el natural de la nación.
Dijo que eso da la medida de la relevancia del tema, el
cual prioriza la conservación de las áreas protegidas, en las cuales se
resguarda la mayor diversidad de riquezas de la fauna y la flora cubanas.
Insistió en la importancia del reuso del agua, sobre todo
en aquellos sectores que más consumen, como la agricultura, o producción de
alimentos en general y el turismo.
“Son asuntos que necesitan de empleo de nuevas
tecnologías e inversiones, pero en el cual vamos avanzando”, señaló.
Cuando Adianez Taboada hablaba, venía a nuestra mente
aquellos tanques enormes que tiene un guajiro en una provincia centra, a cierta
altura. Ellos les sirven para acopiar la lluvia, que luego emplea en el riego
de cultivos porque “las plantas agradecen más el agua del cielo”, como dice
aquel campesino.
Él también hizo un drenaje para reutilizar el líquido que
sale del fregadero de su cocina, con el fin de limpiar corrales de cerdos. Esas
experiencias no necesitan tantas inversiones, sino pensar bien las cosas.
La viceministra explicó en el Congreso, que expertos del
país razonan sobre la importancia de transformar la tipología de las viviendas
que hoy construyen. Eso quiere decir; crear casas en las cuales se aproveche
más la luz solar, con ventanales y espacios que permitan el paso del viento y
hagan más soportables las altas temperaturas.
Otro asunto es el derivado de resoluciones aprobadas
recientemente sobre producción y consumo sostenible de economía circular.
Normas jurídicas que establecen cuáles
son las vías para lograr la transición hacia esa estrategia.
Ahora, ¿qué significa esto economía circular?, es un
modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar,
reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes, todas las veces
que sea posible y así crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida
de los renglones se extiende.
En la práctica, representa reducir los residuos al mínimo
y reciclar, aportando un valor adicional a los artículos.
Esa línea, muy empleada en países altamente desarrollados
contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en
el concepto de usar y tirar.
Para poner un pequeño ejemplo, en vez de botar la cáscara
de arroz y la cabeza del pescado, ellas pueden molerse con un poco de soya,
yuca y variados renglones, para obtener pienso criollo; ese que falta hoy en
los campos y provoca que las carnes de cerdo y carnero tengan precios
exagerados, muy lejos del alcance del cubano común.
Por otra parte la viceministra del CITMA abordó un fenómeno que está apareciendo a partir del
cambio climático: el arribo de sargazos a las costas. Cuba está siendo menos
afectada que naciones como México y República Dominicana.
Comentó que los especialistas buscan las causas de esto y
también hacen propuestas para saber qué hacer con las algas que llegan, para
que no se conviertan en contaminantes de zonas costeras.
Dijo que en el último mes de agosto fue significativo el
arribo de medusas o aguamalas enormes, a las playas de Varadero. Una de los
motivos que pueden estar influyendo, según científicos, es la elevación de las
temperaturas del mar, que también provoca el blanqueamiento de los corales,
calificados como la primera barrera natural capaz de evitar inundaciones
costeras y que sirve de cobija a distintas especies.
Esos fenómenos no son exclusivos de Cuba, sino que se
extienden a otras naciones, pero en la Isla crearon un grupo multidisciplinario
que denominaron “Oceano” que está atendiendo estas situaciones y otras que
ocurren con los pastos marinos, con el fin de mitigar los estragos, comentó
Adianez Taboada.
A ello se unen acciones destinadas a proteger ecosistemas
ubicados fuera de áreas territoriales, es decir, en cayos próximos.
El programa de diversidad biológica va proyectado a la
solución de afectaciones del medio ambiente, buscando mayor protección.
Se suma el interés del CITMA por fortalecer la estrategia
de desarrollo bajo en carbono, cumplimiento acuerdos internacionales, mediante
del uso de tecnología que emitan menos emisiones de gases de efecto
invernadero.
Nos toca a todos pensar cómo ayudar a conservar el
entorno, ante la actual vulnerabilidad, debido al cambio climático,
principalmente por las características de ser un archipiélago donde la isla
fundamenta es larga y estrecha.
Hay muy poca distancia entre la costa y las montañas, o
el centro de los territorios. De ahí la relevancia de estos debates,
concertaciones y conferencias en el Congreso que profundiza en la
responsabilidad de las localidades en su propio desarrollo.
Si no actuamos con bases científicas e inteligentes, los
daños, pudieran desestabilizar variados escenarios.
La ciencia e inteligencia humana son las únicas capaces
de salvar la vida.
nyr
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