El parque del Calle I, entre 21 y 19, del Vedado, es tranquilo, a veces demasiado.

 


Texto y fotos: Ricardo Gómez

Palomas torcazas y otras aves lo prefieren, como también lo hacen los enamorados.
Esa tarde de septiembre, la maestra les hablaba a los niños frente al monumento a los mártires que murieron por huelga de hambre en una prisión, exigiendo la independencia de Irlanda, ante el opresor Reino Unido.


Hay yugos que intentan perpetuarse, pero rara vez los pueblos lo permiten.
La escena hizo que recordara a Bernie, amiga irlandesa fallecida que durante años llevó la voz y reclamos de su tierra a disímiles escenarios, entre ellos su querida Habana.
El parque es demasiado tranquilo, la vida no.
nyr

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