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Cuba no olvida el golpe fascista contra el Chile de Allende

 

La embajadora chilena agradeció a la nación caribeña, y a Fidel, por recibir a quienes tuvieron que abandonar todo tras el golpe de Estado. Foto: ilustración tomada de twitter

Hay fechas que marcan hitos imborrables en la historia, y esta no le es indiferente a nadie. Hace 50 años, un golpe militar rompió la institucionalidad democrática en Chile, arrebató la vida al presidente Salvador Allende y, con ella, la de miles de chilenos, y le sumó al país 17 años de oscuridad y tristeza.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió la velada. Allí, una exposición titulada Chile en carteles: memoria y resistencia, reúne cinco décadas de cartelística para visibilizar la lucha de ese pueblo contra el fascismo y el imperialismo.

Acompañaron al mandatario el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales Ojeda; el jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, Rogelio Polanco Fuentes, y la embajadora de Chile en la Isla, Patricia Esquenazi Marín.

Estuvieron presentes, además, miembros del Secretariado del Comité Central del Partido, autoridades políticas, de la cultura y de la solidaridad con otros pueblos y, de manera especial, representantes de la comunidad de chilenos residentes en Cuba.

La Embajadora chilena agradeció a la nación caribeña, y en especial al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, por «haber recibido a tantos chilenos y chilenas en los tiempos más oscuros de nuestra historia. Cuba nos acompañó ayer, nosotros la acompañamos hoy. Cuba no está sola», aseguró.

Mencionó a las madres que aún buscan desesperadamente a sus hijos y nietos desaparecidos, y aseveró que solo la justicia traerá calma al corazón de los chilenos, porque «esto no es solo político-ideológico, es también humano».

«Democracia, pluralismo y libertad: la vía al desarrollo chileno se trataba de eso. Nunca el presidente Allende se apartó de sus principios, pero para el imperio no había cabida a un modelo diferente. El ejemplo de un modelo socialista en aquellas tierras no sería permitido», refirió Esquenazi Marín.

«El gobierno del presidente Gabriel Boric –dijo– mira esta fecha bajo un lema: Democracia es memoria, es futuro. No olvidar para construir un futuro sobre la base de la verdad y así comprometernos con un nunca más».

Rogelio Polanco Fuentes calificó el hecho como «uno de los acontecimientos más dramáticos y dolorosos de la historia latinoamericana y caribeña», y reiteró que es «un deber histórico y moral conmemorar en Cuba el aniversario 50 de este atroz episodio».

«Con el golpe de Estado –expresó– se puso fin de manera brutal a un proceso político y social que concitaba la admiración y el respeto en nuestra región y en el mundo. Fue segada la vida de un líder popular, democrático y revolucionario, que defendió, hasta su último aliento, el derecho de su país a la plena independencia y la causa de la justicia a favor de todos los chilenos».

Polanco reiteró la denuncia de Cuba, hecha desde los primeros momentos del golpe, por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, y ahora demostrada en los documentos desclasificados por Washington, sobre aquella atroz arremetida fascista que fue orquestada por el Gobierno de EE. UU. y la oligarquía local.

«En 1973, en Chile, se demostró que la Doctrina Monroe está vigente como plataforma de política exterior de EE. UU. hacia América», sentenció.

«Desde la Cuba hermana y solidaria, que honra y lucha, podemos afirmar que los pueblos no olvidarán», agregó Polanco, quien también reconoció la labor de la  misión diplomática cubana que se encontraba en el país latinoamericano al momento del golpe, y exaltó la fuerza y la valentía de quienes fueron víctimas de ataques.

El golpe de Estado en Chile, en 1973, segó la vida del presidente constitucional Salvador Allende, derrocó a su gobierno de Unidad Popular e instauró en ese país un régimen dictatorial impulsado por Augusto Pinochet y otros protagonistas, que retornaron el fascismo a un mundo que aún no se reponía, luego de la Segunda Guerra Mundial.

A medio siglo del fatídico golpe de Estado, Chile recuerda la figura de Allende, y mira el futuro con el alma puesta en la memoria, la que pide avanzar en la construcción de una sociedad mejor, de unidad para su pueblo; y que pagó muy caro la ilusión de soñar una sociedad más justa.

Chile sufre las heridas que no han sanado, y que solo, con la voluntad de todos, podrá romper cadenas que atan el avance democrático. Lo ocurrido hace cinco décadas es una referencia obligada para mantenernos alertas.

nyr/Granma

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