La sede capitalina de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) homenajeó hoy al Comandante en Jefe Fidel Castro y resaltó el legado intelectual y político de este hombre inmenso de pensamiento.
En el encuentro, que forma parte de las actividades por su cumpleaños 97, se destacó la trascendencia de las ideas de Fidel como fiel seguidor de la impronta de José Martí y su labor dentro de la política exterior en África, América Latina y el Caribe.
Moderada por el doctor en ciencias Abel Enrique González, la cita en la Sala Villena de esta institución acogió el debate donde el también doctor Luis Suárez manifestó la importancia de continuar profundizando en el estudio de su obra y el legado de sus ideas.
Fidel tenía una virtud extraordinaria, que era mirar hacia el futuro y regresar al presente para explicárnoslo, como dijo el presidente de Argelia Abdelaziz Bouteflika –rememoró Suárez– pero además tenía la capacidad inmensa de estar permanentemente analizando de forma crítica y autocrítica los problemas que teníamos dentro del país.
En el panel sobre el pensamiento político del líder histórico de la Revolución cubana estuvieron presentes, entre varios, la vicepresidenta primera de la Uneac, Marta Bonet, y el doctor en ciencias Oscar Oliva.
Oliva destacó el valor histórico del libro Fidel Castro, la voz más alta, clara, digna y revolucionaria del siglo XX, obra en tres volúmenes de la autoría del diplomático cubano Isidoro Malmierca, y ponderó el papel de esta gran figura en la historia de Cuba y universal en el siglo XX y parte del XXI.
No es posible escribir las páginas de la lucha contra la descolonización en el continente africano, como tampoco se pueden escribir las páginas del tercer mundo y su lucha por el desarrollo sin referirse a la acción y al pensamiento de Fidel, aseguró.
La organización de la que Fidel fue tan cercano reconoce desde sus aportes intelectuales y su pensamiento político la dimensión imprescindible de su figura en la historia de Cuba.
El pensamiento político de esta importante figura contribuyó a educar a los cubanos en el amor a la Patria, el internacionalismo, las luchas del tercer mundo por un nuevo orden global; entre los grandes desafíos que significa romper las cadenas del dominio imperial.
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