Gabriel García Márquez. Foto: Archivo/Tomada de Cubarte
En diciembre de 2022 se cumplieron 40 años de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez y, felizmente, Colombia será el país invitado de honor a la 31 Feria Internacional del Libro, que abrirá sus puertas este febrero.
El escritor será centro de importantes actividades en la cita literaria, como un coloquio de Ediciones Icaic dedicado a su vida y obra y la presentación de varios títulos sobre su trayectoria.
No faltaba menos para quien se
aleja del prototipo de distante escritor de talla universal y se cuela en el
imaginario colectivo como un cubano más.
Su historia con la Mayor de
las Antillas y Fidel fue de amistad sincera. Le costaría el cuestionamiento de
poderosos del mundo y la prohibición de la entrada a Estados Unidos durante
varios años.
El Comandante en Jefe y el triunfo
de la Revolución fueron las causas decisivas de su acercamiento a Cuba, en
1959, para participar en una masiva conferencia de prensa convocada por Fidel
para enfrentar las campañas de desinformación contra el nuevo gobierno: la Operación Verdad.
La invitación fue realizada el
18 de enero. Mientras ordenaba su escritorio, un combatiente del Movimiento 26
de Julio apareció en la puerta de la revista donde trabajaba en Caracas en
busca de periodistas que quisieran ir a Cuba esa misma noche. No dudó en
sumarse al empeño. Desde Venezuela, meses antes, ya había escrito artículos que
evidenciaban su simpatía por Fidel y el proceso que dirigía.
En este primer viaje lo
conoció en persona. Cinco meses más tarde surgió la Agencia Informativa
Latinoamericana Prensa Latina, de la que fue fundador, junto a Jorge Ricardo
Masetti, Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo, Jorge Timossi y Carlos María
Gutiérrez.
Gabo -como lo llamaban
cariñosamente- vivió en Cuba varios meses y para 1960 ya era parte de la
plantilla de corresponsales de la agencia en la región. Como reportero de
Prensa Latina, trabajó primero en la corresponsalía en Bogotá y luego, en 1961,
abrió la oficina de la agencia en Nueva York.
Su estancia en esa ciudad fue
seguida de cerca por el FBI. El presidente de esa organización, John Edgar
Hoover, firmó en febrero de 1961 una orden que disponía el aviso inmediato al
FBI en caso de que el colombiano arribara a Estados Unidos por cualquier causa.
Si bien no regresó a Cuba
hasta 1975, mantuvo vínculos con instituciones como la Casa de las Américas y permaneció fiel a la Isla, precisamente en esa
década, cuando algunos representantes de la intelectualidad occidental se
alejaron del país.
Gabo escribió varios textos
sobre la realidad cubana. Destacan tres crónicas publicadas en su país bajo el
nombre “Cuba de cabo a rabo”; el reportaje “Operación
Carlota” -sobre
la presencia de tropas internacionalistas cubanas en Angola- y las decenas de
artículos dedicados a Fidel Castro.
La amistad de Fidel y García Márquez se consolidó durante más de medio siglo. Foto: Archivo/Tomada de Cubadebate
Según Gerald Martin, biógrafo
del escritor, Fidel afirmaba que Gabo era un mago de la literatura, que conocía
muy bien al pueblo de América Latina y creía en las mejoras de los hombres y la
sociedad.
Señaló que el escritor nunca dijo en público una frase que
indicara diferencias con Fidel y la Revolución, aunque no estuviese de acuerdo
en determinados aspectos. “Soy amigo de Fidel y no soy
enemigo de la Revolución. Eso es todo”, sentenció García Márquez en una
oportunidad.
Muestra de esa lealtad fue su
mediación ante el presidente estadounidense Bill Clinton, con un mensaje secreto de Fidel dirigido al mandatario, donde lo
alertaba sobre actos terroristas contra Cuba. Clinton había revocado durante su
presidencia (1993-2001) el veto de entrada al país al colombiano.
Cuba fue un destino constante
en la vida de García Márquez. Aquí vivió, trabajó y lo mismo se le podía encontrar
en un concierto, que en un poblado rural o impartiendo clases. Acompañó a Fidel
en su regreso a Birán tras el 70 cumpleaños del Comandante, el 15 de agosto de
1996; y estuvo en la misa que el papa Juan Pablo II ofreció en la Plaza de la Revolución en 1998.
Pero una de sus misiones más importantes en Cuba
estuvo vinculada con el desarrollo del cine. Impulsó el surgimiento de la Fundación del Nuevo
Cine Latinoamericano en 1985 -de la cual fue presidente- y la creación en 1986
de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, donde trabajó como
profesor de guion.
Relacionada con la gran pantalla
también estuvo su última aparición pública en Cuba. Ocurrió en diciembre de
2010, cuando asistió al 32 Festival de Cine de La Habana, donde su presencia
era tradición y un gesto agradecido por el pueblo, siempre recíproco al cariño
de Gabo.
El escritor es de los autores
latinoamericanos más leídos en la mayor de las Antillas. García Márquez no solo
era cercano a Cuba como persona. También sus obras y el ambiente descrito en
ellas se identifican con nuestro contexto caribeño, permeado, aún hoy, por el
realismo mágico.
Por ello, la 31 Feria
Internacional del Libro, próxima a inaugurarse, será un espacio para recordar y
rendir homenaje a quien asumiera a Cuba como una patria más y brindara a los de
esta tierra la posibilidad de conocer al autor tras las grandes obras. Todo
ello matizado por una amistad sincera, a prueba de críticas y del paso del
tiempo con el líder de la Revolución Cubana.
Fidel y Gabo en la inauguración de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Foto: Mario Ferrer
Yilena Héctor
Rodríguez
amss/Tomado de Cubadebate
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo