Agricultores y Portuarios le pusieron a la Liga el traje de Élite, con beisbol de locura y pasión sobre el terreno
Veintidós carreras, 34 jits, entre ellos tres jonrones, y más de cuatro horas de juego. Razón tiene William Suárez, encargado de varios de los aseguramientos de este play off final por el título de la I Liga Élite, cuando dijo: «este es el colmo del béisbol, con todo eso, nos fuimos del estadio sin un ganador».
Pero si hubo vencedores. Los que colmaron el parque Mártires de Bárbaros, los que siguieron el desafío por la televisión o por la radio, vivieron, a nuestro juicio, el momento más alto de la Liga. Salíamos de una emoción para entrar en otra, vimos cómo la mamá de Rafael Viales, jardinero izquierdo de la tropa tunera-mayabequense se quedaba sin voz al no dejar de apoyar al equipo de su hijo.
Ahora mismo, tras ver la manera en que dejaron el alma en el terreno, el líder Agricultores y su retador, Portuarios, cualquier vaticinio se despeña en un abismo entre esas dos empinadas montañas que ambos conjunto han levantado para que toda Cuba sueñe en pelota.
No hubo ataque sin contragolpe. Los habaneros-mayabequenses abrieron con racimo de cinco y sacaron de la lomita al abridor adversario, César García, sin que este lograra un outs. La respuesta verde comenzó a tejerse por la fuerza de sus maderos, que produjeron 18 inatrapables, tres de ellos cuadrangulares y otros tantos dobles.
La lectura del juego pasa por lo acertado de Michael González, al mover sus piezas. Aunque le empataron el juego a cinco llevó a su abridor hasta el quinto episodio, para que su bullpen trabajará menos estresado y con más opciones para seleccionar. También por la decisión, cuando no pocos le pedían un emergente por Rangel Ramos en el noveno, con el choque igualado a 11, falló, sí, pero esa jugada le salva el choque porque el lance hacia el hueco con el que consiguió el out 25, sin sus seguras manos hubiera sido jit, y luego vino el doblete contra la cerca de Osvaldo Abreu, que sería la sepultura de un verdadero duelo de gladiadores sobre un terreno de béisbol.
Para Granma, la interpretación de su experimentado mentor transitó por su coherencia con su filosofía. Ha basado toda la Liga en la poderosa ofensiva de sus hombres, y esta vez no fue la excepción.
Hasta se permitió una violación a los fundamentos del beisbol, pues blindó su artillería sacrificando defensa, para tener en la alineación a los Alarcón, Viñales, Avilés y a Osvaldo Abreu, a quien colocó en segunda, en la cual no se vio cómodo, incluso su error del séptimo es altamente costoso.
Pero ni a Abreu ni a Martí se les puede juzgar por esto, aunque seamos defensores de ese axioma que reza que en pelota no gana el que más hace, sino el que menos permita.
Abreu, como siempre, destrozó cualquier intento de un lanzador contrario, con dos tubeyes, uno de ellos, haciéndolo que tomara esa dimensión con su aguerrido corrido hasta la intermedia, más dos indiscutibles.
Párrafo obligado para el hombre del partido, Andrés de la Cruz, jonrón, doble más dos cohetes. Y ni que decir del relevo de Pedro Álvarez, con bases llenas, sin outs y en turno Viñales y Guillermo Avilés, más Alexquemer Sánchez: ponche y dos elevados de foul inofensivos, para el cero, impactaron en las aspiraciones de los locales.
En una tarde de un béisbol de frenesí, Kelbis Rodríguez congeló el ímpetu de los del Puerto. Fue llamado desde el primer inning, y en una ruta, inusual para él, de seis actos completos, no permitió carreras, el único lanzador del juego que se fue incólume del montículo.
Fue un encuentro cuyo empate, hasta que este domingo se decida, a partir de las diez de la mañana, nos deja sin adjetivos para calificarlo. Pero es prohibido no felicitar a los peloteros por su entrega, por mantenernos viva la pasión que sentimos por este deporte. Ellos hicieron, hasta ahora, la mayor contribución a esta Liga Elite, y las de ellos son parte de las pautas para que siga creciendo.
Para la jornada dominical, la continuidad del partido fija que si se extiende a más de tres capítulos, se jugaría el segundo encuentro el lunes. Si no pasa de tres entradas completas, habrá media hora de descanso y se celebraría el choque correspondiente al día.
Este play off por el título de la Liga y por representar a Cuba en la venidera Serie del Caribe, en la primera semana de febrero, promete más emociones para que la pelota siga de fiesta.
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