JOSÉ DE LOS CUBANOS

  

Por/Rosa Pérez López 

Hace ciento setenta años nació José Martí para hacerse eterno en el corazón de los cubanos, apresurando los amaneceres de estos días difíciles cuando el sol parece no querer salir; predicando primaveras cuando la ventisca amenaza con secar el huerto; hilvanando voluntades cada vez que la lluvia ha pretendido deshacer los lazos que la Patria ha fomentado entre sus hijos.

  Aniversario 167 del Natalicio de José Martí | Embajadas y Consulados de Cuba

Tenemos los cubanos al Apóstol, porque su perpetua existencia y la vigencia de su pensamiento son la justificación suprema de todo cuanto hacemos por merecer el sol, desafiar la ventisca y encarar la lluvia. Lo tenemos aliado, compañero, amigo; cercano en la estrella y en el verso, generoso en la ofrenda de su magisterio, cabal en el ejercicio de su interminable ejemplo.

 

Porque José Julián Martí Pérez le pertenece al niño que se sabe la esperanza de ese mundo mejor que puede ser posible; al anciano que nunca ha sido viejo para amar y ser amado; al hombre sincero que crece y vive en leal comunión con la palma; a la mujer culta y virtuosa que endulza y hace invencible cada obra.

 

 Hace ciento setenta años José Martí le pertenece a quienes se afilian en el bando de los que aman y fundan: esos hombres y mujeres de cotidiana entrega que empuñan la doctrina martiana como herramienta de sus actos, para asegurar día a día el renacer del hombre más puro de la raza. Esos dignos cubanos y cubanas para quienes, en cualquier lugar, cada día es un nuevo enero veintiocho.

 

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