Texto y fotos: Ricardo Gómez
Rodríguez
La convicción de que el trabajo de transformación de los barrios
proseguirá de forma constante fue patentizada por Luis Antonio Torres Iríbar,
primer secretario del Partido Comunista de Cuba en La Habana, al intercambiar
con vecinos de El Fanguito, quienes recibieron las llaves de 13 viviendas.
Cuatro de ellas son casas confortables y amplias que surgieron de la modificación de una parte en desuso de la escuela secundaria básica, las cuales fueron asignadas a maestros.
Los otros nueve inmuebles son
para familias que antes vivían cerca de las márgenes del río Almendares y ahora
están ubicados en la calle 32, entre 19 y 21, de la propia comunidad, situada
en el municipio Plaza de la Revolución.
Hasta la fecha terminaron allí 59 viviendas, de ellas 40 remodeladas; aunque prosigue el programa que comprende alejar a más de 20 metros de la ribera del Almendares a un centenar de hogares, algunos en precarias condiciones y que pueden inundarse cuando ocurren fenómenos climatológicos.
Acompañado de Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, y autoridades municipales, Torres Iríbar insistió en continuar la distribución de los inmuebles siguiendo el censo realizado y con el consentimiento y aprobación de los organismos implicados en el proceso.
Varios de los vecinos se
reunieron en una pequeña ceremonia en la que agradecieron el esfuerzo realizado
en la transformación integral de ese
barrio, uno de los 129 integrados a ese programa en la capital.
Ante las máximas autoridades de La Habana reconocieron con júbilo que en la última etapa repararon las tres bodegas, el palacio de pioneros, las escuelas primaria y secundaria; además de hacer una colosal inversión para garantizar el abasto de agua, los viales, las aceras e impulsar la asignación de teléfonos en un lugar donde ocurre una metamorfosis constructiva, pero también social.
amss
Cuatro de ellas son casas confortables y amplias que surgieron de la modificación de una parte en desuso de la escuela secundaria básica, las cuales fueron asignadas a maestros.
Hasta la fecha terminaron allí 59 viviendas, de ellas 40 remodeladas; aunque prosigue el programa que comprende alejar a más de 20 metros de la ribera del Almendares a un centenar de hogares, algunos en precarias condiciones y que pueden inundarse cuando ocurren fenómenos climatológicos.
Acompañado de Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, y autoridades municipales, Torres Iríbar insistió en continuar la distribución de los inmuebles siguiendo el censo realizado y con el consentimiento y aprobación de los organismos implicados en el proceso.
Ante las máximas autoridades de La Habana reconocieron con júbilo que en la última etapa repararon las tres bodegas, el palacio de pioneros, las escuelas primaria y secundaria; además de hacer una colosal inversión para garantizar el abasto de agua, los viales, las aceras e impulsar la asignación de teléfonos en un lugar donde ocurre una metamorfosis constructiva, pero también social.
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