URGENTE

6/recent/ticker-posts

Murciélagos: la historia mal contada de la Covid-19

 

 tomada de: www.uv.m

Hace unas semanas algunos medios de prensa dentro y fuera de Perú se hicieron eco de una noticia: ciudadanos del poblado Cajamarca atacaron con fuego a cientos de murciélagos, atemorizados ante la posibilidad de que estos mamíferos pusieran en peligro la salud de la comunidad por considerarlos portadores del virus SARS-CoV-2 que produce la Covid-19.

Miembros del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) de ese país lograron rescatar a 200 ejemplares y reubicarlos en una caverna alejada del lugar.

Hasta ahora este es el único ataque reportado relacionado a la Covid-19, desde que se hiciera público que los murciélagos podrían ser los responsables de trasmitir el SARS-CoV-2.

Según las autoridades chinas, el primer brote de la enfermedad fue situado en un mercado de carne y pescado de la ciudad de Wuhan, lugar donde la fauna silvestre es vendida como alimento o mascotas.

Una de las hipótesis manejadas es que el virus pudo evolucionar de los murciélagos a través de un animal huésped intermediario y de ahí pasar a humanos en lo que se denomina “salto zoonótico”.

No obstante, no existen datos suficientes para demostrar esta teoría aun cuando una investigación llevada a cabo por científicos del Instituto de Virología de Wuhan, refleja que el nCoV-2019 (nombre inicial que recibió el SARS-CoV-2) comparte el 96 por ciento de su genoma con el coronavirus del SARS encontrado específicamente en el Rhinolophus affinis (murciélago de herradura) perteneciente a la familia Rhinolophidae.

Rhinolophus affinis (murciélago de herradura) (Fotos: tomadas de: http://www.bio.bris.ac.uk)

Salto de la barrera de especies

Entre las interrogantes aún no resueltas están: ¿cuándo se produjo este salto?, ¿verdaderamente el brote se originó en el mercado de Wuhan debido a la gran cantidad y diversidad de los animales allí encontrados?, ¿son los murciélagos los portadores del SARS-CoV-2? o ¿fue responsabilidad de personas ya infectadas que acudieron al lugar y comenzaron a trasmitir el virus?

Desde la segunda mitad del siglo pasado las infecciones humanas ocasionadas por hospederos animales han acelerado su ritmo. Las enfermedades emergentes y re-emergentes en el mundo ocurren en gran medida debido al salto en la barrera de especies.

No obstante, todavía no están completamente esclarecidos los mecanismos involucrados en la restricción de un agente hacia un hospedero determinado ni en los procesos necesarios para que este cruce e invada a un nuevo huésped.

Este salto representa la transmisión atípica de un patógeno desde un hospedador-reservorio a un huésped nuevo. Puede ocurrir entre la fauna doméstica o salvaje y también desde ella al ser humano (denominado salto de barrera zoonótico), y es un proceso progresivo en el que un patógeno animal se establece en las personas ocasionándoles una enfermedad o la muerte.

La importancia epidemiológica de esa transferencia depende de factores como la densidad de la población hospedera infectada, la frecuencia con la cual la nueva especie susceptible (humanos) entra en contacto con ella, la biología del patógeno — incluido su modo de transmisión — , el estatus nutricional y sanitario de las especies en contacto, la interacción de agentes potenciadores de especie o inter-especies y la eficiencia de dispersión humano-humano.

En el salto de especies son descritos tres niveles: la condición y dinámica de la enfermedad en el reservorio; la presión del patógeno (cantidad y calidad del agente disponible para el nuevo hospedero (el ser humano) con el que interactúa; y la probabilidad de infección resultado de la interrelación entre dosis y barreras internas, que varía ampliamente y depende del agente infeccioso y la susceptibilidad individual del hospedador humano.

Ahora, para que este fenómeno se dé teniendo como punto de partida un murciélago, la hipótesis más probable y manejada hasta el momento, es la existencia de un huésped intermediario, animal doméstico o salvaje que haya facilitado el salto inter-especies.

Un estudio publicado por la revista Nature Medicine, valora los diferentes escenarios por los cuales el SARS-CoV-2 podría haber surgido. Y plantea que dada la similitud del nuevo coronavirus con el SARS-CoV resulta probable que los murciélagos sirvan como reservorios para su progenitor.

En cuanto al hospedador intermediario, los científicos han manifestado la probabilidad de que sea el pangolín (Manis javanica), uno de los animales más traficados por su carne y sus escamas (destinadas a la medicina tradicional), sobre todo en China y Vietnam.

Manis javanica (Foto tomada de: www.sport.es)

Con respecto a esto, dos investigadores de la Universidad Agrícola del Sur de China publicaron el 7 de febrero que, tras analizar mil muestras de material genético, la secuencia del genoma de la nueva cepa de coronavirus aislada en pangolines resultó en un 99 por ciento idéntica a la de las personas infectadas por lo que este podría ser el huésped intermediario.

Sin embargo, días después, en declaraciones a la revista Nature Medicine dijeron “que se había producido un error de comunicación y que esa similitud hacía referencia únicamente a una parte del genoma del pangolín, no al genoma completo”. Al realizar el análisis en su totalidad, este reveló que solo era igual en un 90,3 por ciento del ADN.

Entonces, ¿es el pangolín el hospedero intermediario o no? Lo cierto es que hasta la fecha poco se sabe sobre el origen del virus y en esta búsqueda de posibles responsables, son los animales los que terminan siendo dañados y mal vistos.

El proceso que concluye en la emergencia de zoonosis puede resumirse en tres etapas:

Murciélagos: los grandes incomprendidos

Desde hace años, existe la percepción errónea de que todos los murciélagos son un peligro para la salud humana y la de los animales domésticos.

No obstante, todos los mamíferos, algunas aves, mosquitos y otros invertebrados también son responsables de enfermedades zoonóticas (provocadas por bacterias, parásitos o virus).

Y aunque hay que reconocer que los murciélagos sí pueden trasmitir virus que afecten a las personas, la proporción de ejemplares infectados dentro de una población (en este caso con la rabia) generalmente es muy baja (menos del cinco por ciento del total de individuos).

Al respecto, Carlos Alberto Mancina, investigador del Instituto de Ecología y Sistemática (IES), señaló que probablemente las principales causas de la propagación de patógenos de murciélagos a humanos, principalmente a través de huéspedes intermedios, “se deba a la forma en que los individuos nos relacionamos con estos animales.

Así como a las amenazas medioambientales originadas por el hombre como el cambio climático, la pérdida y fragmentación de los hábitats y refugios naturales, el uso indiscriminado de pesticidas, la deforestación, el desarrollo industrial, la caza y el mercado ilegal de especies”.

Los murciélagos son vertebrados que pertenecen al orden de los quirópteros (significa “con alas en las manos”). La capacidad de volar y la ecolocalización son las características más representativas de estos mamíferos.

En el mundo existen más de mil especies y es el grupo más diverso después de los roedores. De hábitos nocturnos salen de sus refugios solo al atardecer en busca de alimentos y parejas… y regresan antes del amanecer para descansar durante todo el día.

Son capaces de habitar en lugares muy variados: cuevas, agujeros en troncos viejos, estructuras arquitectónicas como minas, puentes, casas abandonadas, grietas de paredes de concreto. Incluso es posible encontrar varias especies en un mismo habitáculo.

Por su parte, Joel Monzón González, director del proyecto Cubabat para la Conservación de los Murciélagos y sus hábitats, apuntó que los murciélagos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas.

Asimismo tienen valor económico y sanitario debido a que representan la única manera natural de combatir grandes cantidades de insectos, algunos de ellos transmisores de enfermedades y otros considerados plagas agrícolas. También ayudan a polinizar y a dispersar semillas de diversas especies de plantas.

¿Podrían los murciélagos cubanos trasmitir el SARS-CoV-2?

La fauna de quirópteros de Cuba está compuesta por 34 especies: 26 vivientes y ocho fósiles o extintas; su distribución en el archipiélago no es uniforme, a pesar de su gran capacidad de desplazamiento.

Un dato interesante es que los murciélagos constituyen el 70 por ciento de la fauna de mamíferos autóctonos en nuestro archipiélago. De ahí que estén resguardados por las leyes cubanas a través de la Resolución 160/2011 del Consejo de Estado como especies de especial significación para la diversidad biológica del país.

Desafortunadamente, los mitos sobre su modo de vida y el miedo de las personas a su particular fisonomía los convierten en presas y ponen en riesgo su conservación.

Según Joel Monzón “estos temores son infundados, pues los murciélagos, en su mayoría, no son dañinos. Además, raramente atacan o se acercan a los humanos”.

Lo cierto es que estos animales sufren cada vez más la destrucción y afectación de individuos y poblaciones, así como de sus hábitats naturales, cuya consecuencia final es la pérdida de especies y por ende de los servicios ecosistémicos que prestan en los bosques y otros entornos.

Entre las principales amenazas que enfrentan los murciélagos en Cuba, está el exterminio debido al mal manejo de programas de control, al rencor de ciudadanos, que ven afectados sus inmuebles y por ello destruyen colonias enteras, y al disturbio en las cavernas y refugios donde estas especies descansan o tienen a sus crías.

Con respecto a la trasmisión del SARS-CoV-2, el experto planteó que no se debe hablar de murciélagos en plural porque la especie en estudio es la Rhinolophus affinis y esta no habita en Cuba, ni siquiera en el continente americano. Por lo que sería poco probable que los ejemplares cubanos fueran portadores del virus que ocasiona la Covid-19.

Por/Yanel Blanco Miranda

odh/JT

Publicar un comentario

0 Comentarios