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Foto: Tomada de Prensa Latina
Primer Grado es el nombre de la nueva serie que ofrecerá
la televisión cubana en las noches dominicales a partir de este fin de semana.
La propuesta se concibió bajo la dirección del reconocido realizador Rudy Mora, quien se
caracteriza por la solidez y el dominio del lenguaje cinematográfico. “Esta
es quizás una de las series más difíciles que he realizado, porque tiene 98
personajes y 114 locaciones”, señaló en conferencia de prensa.
Según la crítica
especializada, Mora sobresale por sus habilidades narrativas, de dirección
actoral, artística, fotográfica y el sentido del ritmo que impregna en las
obras. Sus puestas en escena destacan por la precisión y la habilidad del
montaje.
A su vez, tiene acostumbrado
al público a producciones audiovisuales que abordan temas polémicos vinculados
a la familia, los adolescentes y la realidad cubana; como son los casos de Diana, Doble juego y La otra cara.
En esta ocasión llega con un acercamiento a las
consecuencias del uso inadecuado de Internet. Muestra a
la juventud como protagonista de los conflictos, ya que es el sector de la
sociedad con mayor presencia en las redes sociales.
Primer Grado narra la historia de una estudiante de Informática en la Universidad
Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (Cujae), en la capital;
quien sufre un fuerte cambio en su vida cuando sus fotos son esparcidas en las
redes sociales, por lo que se convierte en el centro de críticas y el hecho
provoca la ruptura de su relación amorosa.
“Por la vergüenza, abandona
los estudios y utiliza los conocimientos informáticos para identificar a los
jóvenes que se relacionaron con la difusión de sus fotos”, explicó Rudy Mora.
Para un acercamiento a esta nueva propuesta, dialogamos con él.
-¿Por qué el tema de las redes sociales para hacer
un audiovisual?
-Es un tema que nos ocupa a todos, no importa la
edad que tengamos. En los
últimos años tiene un desarrollo, una presencia en la sociedad cubana y yo creo
que nadie escapa de eso.
Así como también nadie escapa
de los sucesos que ya existen y tienen
que ver con la familia, con la ciberseguridad de la información. Eso, de
alguna manera, es la idea de la serie.
Este proyecto nació hace tres
o cuatro años atrás, cuando todavía el tema de las redes sociales no estaba
como hoy en Cuba. Si se mira con relación a la actualidad cubana, el
audiovisual está en sintonía con lo que pasa en nuestros días.
-¿Qué le aportará al público
la forma en la cual abordó la temática?
-Siempre pienso que las
lecturas son diferentes. Lo que más me interesa es que las personas se puedan
conectar con la historia, con la visualidad de la serie. Quiero que el público tenga una serie relacionada con su tiempo.
Esta trama central es la
sumatoria de un grupo de historias que conocí y creo que todos conocimos.
Inclusive cuando estuvimos trabajando en la Cujae, vimos que es muy cotidiano
la pérdida de información en el teléfono, el ciberacoso.
Entonces es un poco un
conglomerado de muchas historias parecidas, que de alguna manera están
concentradas en un solo personaje.
-¿Cuáles son los elementos de Primer
Grado que quedaron bien logrados y cuáles no?
-Filmamos en una etapa muy
difícil. La Cujae es una escuela con muchos alumnos. Una de las cosas que
siempre soñé fue trabajar con la universidad llena de estudiantes, con toda esa
movilidad. No se pudo lograr, porque grabamos en el momento que no había
clases.
Tuvimos que cambiar, buscar
extras; y eso quizás fue una de las cosas que no pude conseguir. Hubo que pedir
permisos para poder concentrar a un grupo de personas en un local. Este tipo de
elementos relacionados con la organización quizás no llegaron a ser lo que
pensé y hubo que buscar soluciones.
-¿Cree que Primer
Grado llegará al público como un audiovisual educativo?
-Estoy en contra de que algo
se haga con carácter educativo. Creo que
lo más importante es que las personas se conecten con la historia; y a partir
de ahí, los mensajes tienen que llegar de una manera subliminal.
Vivimos en otros tiempos y es
otra dinámica. Los jóvenes no aguantan un discurso directo o enfático de un
mensaje. Me interesa mucho más envolver
a los espectadores en una historia, y a partir de ella transmitirles un
determinado valor.
Por tanto, mi objetivo es
primero que la gente se enganche con la historia, se conecte, le parezca
atractiva y la disfrute si fuera posible. A partir de ese momento, entonces
trato de que reciban determinados mensajes.
Isel Moreira Zulueta y Aissa Solís de la Nuez (estudiantes
de Periodismo)
amss/Tomado de Prensa Latina
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