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Obra de Alberto Lescay Merencio. Foto: Agencia Cubana de Noticias
La Comisión José Antonio Aponte de la Unión
de Escritores y Artistas de Cuba, integrada por escritores, artistas e
investigadores del país, emitió una declaración a raíz de que un grupo de
jóvenes en la provincia Holguín, mientras celebraban la festividad de Halloween (ajena a nuestra identidad
cultural), salieran disfrazados con capuchas del Ku Klux Klan, preguntando:
¿dónde están los negros?
En el documento se “condena
enérgicamente la conducta racista y éticamente detestable de los organizadores
y participantes en esa manifestación que nada tiene que ver con nuestra cultura
e identidad, y mucho menos con los valores que preconizamos en la construcción
de una sociedad mejor”.
En este comunicado, la Comisión exige
responsabilidades penales a los implicados en ese acto por violar el derecho de
igualdad, previsto y sancionado en el Código Penal. Se destaca en el texto que,
si bien no se condena la festividad de Halloween,
puesto que, como pueblo con una identidad en constante proceso de asimilación
de nuevas influencias foráneas –que cada vez aporta más, desde la cultura
cubana, a la cultura universal y a la de distintos pueblos cercanos y
distantes–, estamos “conscientes de que la globalización es un proceso objetivo
de la civilización”, este festejo “no forma parte de nuestro acervo cultural”.
“No copiemos al calco y a la fuerza una
festividad que no forma parte de nuestra idiosincrasia. Del norte anglosajón
nos llegaron muchos aportes culturales que asimilamos y transculturamos a
nuestra manera”, se suscribe en el escrito; y se sostiene que en el presente “somos
creadores de un Jazz latino y un Jazz cubano, que no surgió en Nueva Orleans,
sino en nuestros salones. Cultivamos el filin que no es exactamente el feeling. Tenemos un rap cubano y una
cultura hip hop no copiada de Nueva York; sino nacida del sentimiento de
nuestros barrios citadinos. Nuestro rodeo en los campos cubanos, no son de cowboys rubios con sombreros tejanos;
sino de guajiros con sombreros de yarey, curtidos por el sol del trópico”,
continúa el texto.
“No podemos autocolonizarnos. Tenemos
una cultura fuerte y rica, que es espada y escudo de la nación y que tenemos y
debemos salvar, para salvarnos como nación y como pueblo”, se refiere; y se
sostiene que no “se debe mezclar una festividad, sea cual fuera su origen, con
el odio racial. Halloween, aunque no
nuestra, no es una tradición racista y es un acto de lesa cultura empañarla con
una felonía como la ocurrida”.
Hacia sus líneas finales, se explica
que “no tenemos en Cuba varios pueblos, ni somos multiétnicos; somos
etnológicamente un solo pueblo: el cubano, y antropológicamente, un
etnos-nación. Somos genética y culturalmente mestizos, somos inclusivos y
nuestra diversidad fenotípica nos hace diversos en la apariencia, pero somos
únicos en nuestra esencia”.
Muy claro deja la declaración que el racismo “no es compatible con el proyecto de nación que iniciamos en 1868 ni con nuestra esencia mestiza. En los últimos 63 años de nuestra evolución histórica construimos una nueva sociedad que pretende un hombre y una mujer nuevos, y el socialismo es incongruente con el racismo y con cualquier forma de discriminación”. Por tales razones, “resultan intolerables y repudiables actos de discriminación y odio en una sociedad que construimos con amor, fraternidad y unidad”, concluye.
amss/Tomado
de Granma
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