Foto: Cortesía del Proyecto Palomas Por Raquel Sierra Liriano Mujeres sobrevivientes a dos pandemias. Ellas…
sus cuidados y cuidadoras, Mujeres…
los poderes vitales
del éxito, Mujeres…
la hora dorada, Mujeres…
de la basura al bienestar, son algunos títulos de la documentalística cubana que han movido
hacia las salas de cine a decenas de personas. Llevan el sello característico
del Proyecto Palomas. Casa de
Audiovisuales para el activismo social que llega este junio a su aniversario 20. Para los
ojos externos, su pequeño equipo, hoy de 16 personas, ha hecho mucho: poner
sobre el tapete temas y problemáticas de las que no se hablaba o habla, o se
hablaba, y habla poco. Sin embargo, su aniversario no es de celebración.
LizetteVila, su directora general, apunta como
“presupuestos de Palomas, esas ideas
que les dieron origen a este proyecto
plural, holístico, de discurso traslúcido y de interseccionalidad, como guía
para contar nuestras historias y verter esa democracia humana que se debe
reflejar”. |
Foto: Cortesía del Proyecto Palomas |
En estos 20 años,
considera, el proyecto “no ha cumplido su inspiración original, porque todavía existen las desigualdades. Palomas llegará a esa culminación de su
labor por la justicia de género, social y ambiental cuando ya no tenga que
contar esas historias de vida”.
“No estamos celebrando
nada; estamos reconociéndonos desde lo interior; qué nos falta, porque el
dolor es muy grande”, señaló. En 20 años, contra viento
y marea, en medio de circunstancias financieras y de producción escabrosas, las
mentes y las máquinas no han parado. Han conseguido concluir más de 80
audiovisuales; “no solamente del género documental, sino también de una
comunicación estratégica que servía y sirve como fundamento para crear
conocimientos, para intercambiar también desde los conocimientos en temas de la
ciencias sociales, políticas, económicas y de la salud, entre otras”, dijo
Vila. Todo ello, con una mirada y poética propias, que dicta pautas y llega a
los corazones; pone a reflexionar a quienes observan los audiovisuales en la
sala oscura; y, no de ahora, hace sonar las alarmas sociales. Según compartió la
realizadora, las temáticas que han abordado “surgen de la propia vida que tiene
Palomas; ese día a día en que
recibimos a tantas personas que vienen a contar sus historias, a que les
acompañemos y, en la mayoría de los casos, tengo que decir con mucho pesar, no
muchas han sido resueltas”. Son temas, dijo, “que
traen dolor, desesperanza, denuncia y necesidad de reparación; comienzan a ser
parte de ese reservorio de asuntos importantes de las realidades cubanas”. Según dijo la creadora, Palomas practica desde hace años el activismo,
término que unió al arte, las manifestaciones artísticas y las artes visuales,
fusionado con el activismo social. Para la realización de
sus audiovisuales, Palomas ha tenido
el acompañamiento de instituciones y organizaciones no gubernamentales
nacionales e internacionales y de proyectos de embajadas radicadas en Cuba. En
estos 20 años hemos cumplido con esos propósitos fundacionales de resaltar y
entregar -hasta donde lleguemos-, a las políticas públicas de nuestra nación
esas realidades que están todavía tan en los bordes y que no encuentran ese
rumbo; ese recorrido de soluciones y esas demandas se van sumando y son las
deudas que siente también Palomas, no solamente a las personas que sufren, sino
también a la nación cubana”; porque uno de sus postulados fundacionales
era darle curso a esas demandas y que también tuvieran resultados
satisfactorios y “ahí hay una grieta muy profunda”, destacó. Palomas,
para no pocos ha sido una escuela. De acuerdo con la realizadora, en sus dos
décadas han entrado y salido diferentes personas; sobre todo jóvenes que se han
formado y han cogido el rumbo que han querido tomar, pero sí han cogido el rumbo
muy bien preparados. Incluso los no tan jóvenes, apunta, “se forjaron en los
temas de la igualdad, de la justicia de género, social y la ambiental; y se
nutrieron de esta capacidad de solidaridad que ha intentado tener Palomas y a lo que se ha consagrado en
estos 20 años”. Según Sergio Cabrera,
coordinador general del proyecto, destaca que el acompañamiento tiene un
alcance hasta diferentes instituciones que les solicitan talleres y proyección
de sus documentales. Igualmente, destacó, han
intentado poner en los espacios públicos conceptos que pueden iluminar a las
políticas públicas. “Palomas se ha
caracterizado por romper esos esquemas e introducir términos como la
resiliencia de las cubanas y los cubanos; las masculinidades críticas y la
defensa de esa mirada interseccional, para que las políticas públicas puedan
entender que las vidas no son números; que existen muchas realidades que pasan
no solamente por las historias, sino también por las situaciones que las
personas tienen a su alrededor”. Incansables,
en tiempos de pandemia, crearon en Whatsapp el grupo Acontecer de Palomas,
que ha permitido conectar personas y dar solución a necesidades de medicamentos
a partir del intercambio y de donaciones de cubanas y cubanos de buena
voluntad, quienes, en medio de las carencias, han hallado en sus hogares
tabletas y otros recursos que demandaban enfermos a lo largo de Cuba. El mayor reto para este colectivo es seguir volando,
tendiendo puentes, destapando brechas, mientras les queden historias por contar. amss/Tomado de Tribuna de La Habana |
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