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Miguel Cabrera entre el amor y el deber, dos libros sobre ballet cubano

Dos libros que abordan aspectos esenciales de la historia del ballet cubano formaron parte de las novedades que trajo para los lectores la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana 2025. Su autor es el Dr. Miguel Cabrera (La Habana, 1941), historiador del Ballet Nacional de Cuba, quien ha urdido dos propuestas editoriales que devienen testimonio de una labor investigativa rigurosa y apasionada alrededor del mundo de la danza clásica.

Tomada de Ballet Nacional de Cuba


Texto: Sergio Murguía

Se trata de Alicia, el ballet y yo y Ballet Nacional de Cuba: siete décadas de creación coreográfica (1948-2024). Ambos son títulos que ven la luz bajo el sello Ruth Casa Editorial y están disponibles en formato físico y digital. Son dos oportunidades que tienen los lectores para acercarse a aspectos valiosos y vivencias relacionadas con el quehacer de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y al trabajo creativo de la compañía insignia del ballet en Cuba, empresa creativa que ella comandó durante décadas.

Para Miguel Cabrera “el primer libro refleja la grandeza de Alicia como artista y ser humano; es una especie de crónica y testimonio del vínculo que tuve con ella. Si grande fue como artista, para mí, como ser humano fue un ser de cualidades inolvidables. El otro texto es mi deber como historiador del Ballet Nacional de Cuba y el empeño por dejar plasmada su historia. Yo estoy seguro que ese libro trasciende el tiempo y que será una fuente de consulta. El ballet seguirá viviendo y creciendo, seguirá creando, pero la base es una fuente de 75 años creando y ya está cubierta una parte de su historia que no se perderá”.

Desde que asumió, en 1970, el rol de historiador y jefe del centro de documentación e investigaciones históricas del Ballet Nacional de Cuba, el empeño del doctor Cabrera ha sido invariable, riguroso y apasionado: asegurar que no se olvide y quede registrada la historia que la compañía ha construido a lo largo de casi ocho décadas.

Por eso un libro como Alicia, el ballet y yo resulta una experiencia conmovedora. El historiador cuenta que el proceso de recopilación de información que dio como resultado a este material literario comenzó, incluso, antes de su vinculación laboral a la compañía danzaria. “Vienen a la mente vivencias de la infancia, cuando me hablaban de ella (Alicia Alonso), donde nací en Punta Brava, las personas que me hicieron tomar conciencia de la grandeza de esa mujer”.

A partir de ese momento, rememora, Miguel Cabrera creció venerando a aquella dama y adentrándose en el mundo del ballet, hecho que lo llevó a emprender procesos investigativos desde sus estudios de licenciatura en Historia. “Después vino mi cercanía con ella, a partir del año 1968; fui a preguntarle cuándo había bailado por primera vez ‘Giselle’. Yo tenía una gran bibliografía suya, pero ella entendió que era una biografía. Ahí empezó nuestro vínculo personal que fue creciendo hasta que empecé a trabajar con el Ballet. El tiempo y las vivencias me permitieron estar junto a ella desde 1970 hasta su muerte en 2019”.

“Son vínculos muy hermosos; tuve el honor de conocer y admirar a la artista. Ha sido la artista más grande que ha pasado por delante de mis ojos y la que ha sido capaz de despertar la mayor emoción en mí. Tener la cercanía que tuve con el ser humano es de un valor extraordinario. Fue única y, a la vez, diversa”, comenta el investigador, quien decidió convertir estas vivencias en un libro durante los tiempos de la pandemia de covid-19.

Miguel Cabrera aprovechó aquellos días aciagos de confinamiento para escribir sobre su vida, su pueblo, su familia, la niñez, la vida. Por supuesto, Alicia Alonso ocupaba un lugar importante.

“Eran como unas descargas emocionales en ese momento de horror que estábamos viviendo, hasta que una amiga, lectora en las redes sociales, me hizo notar que tenía material para un libro. Eso me hizo tomar conciencia de que eso podía resultar de interés para otras personas, así que vertebramos esa idea. Ruth Casa Editorial fue muy sensible con este empeño. Alguien me dijo que la lectura le resultó deliciosa; eso me agrada, porque quiere decir que se lee y recibe con mucho placer. Es un libro de amor a un ser que jugó -y juega todavía- un rol fundamental en mi vida personal y profesional”.

-Resumir siete décadas de creación coreográfica del Ballet Nacional de Cuba es otro de acto de amor ¿Qué representó ese trabajo de recopilación para usted?

Era un deber, porque la compañía en el 2018 fue declarada patrimonio cultura de la nación ¿Por qué es merecedora de semejante mérito? Es por la obra creada; ese repertorio que creó, esa diversidad temática, estilística, técnica que ha desarrollado el Ballet Nacional de Cuba no puede eludirse. En 2018 estaban contabilizadas 758 obras; ya eso ha crecido.

Ballet Nacional de Cuba: siete décadas de creación coreográfica (1948-2024) no es un texto literario. Lo defiendo como un libro de investigación, recopilación, ordenamiento y clasificación de ese repertorio que muestra la pluralidad y diversidad reflejada en coreógrafos que van desde William Forsythe hasta Antonio Gades, desde Balanchine a Alberto Méndez.

Es un muestrario de ese quehacer y yo pienso que he cumplido con el deber de preservar eso como un libro de consulta. Siempre he mirado la investigación y el fruto de mis libros como algo que pueda ser útil para los demás.

Cuando quieras saber sobre todos los coreógrafos, diseñadores, músicos, cubanos y extranjeros que han trabajado con la compañía, aquí estará este libro. Ahí están registrados los 86 compositores cubanos que han colaborado con el BNC. Alicia siempre decía que la escuela cubana de ballet era la suma, no solamente de pasos de baile y aportes de los coreógrafos, sino también de los plásticos que hacen la escenografía, el vestuario, los utileros, los teatristas, los dramaturgos que han dado sentido a esas coreografías.

Miro ese libro con la sensación de un deber cumplido, la misma responsabilidad que me tiene envuelto en una nueva empresa literaria. He recopilado, durante muchos años, todos los datos posibles sobre la carrera de Alicia y estoy trabajando en una biografía que tiene cuatro capítulos, para contar su vida, desde los primeros pasos hasta su transcendencia como intérprete y su proyección internacional. Ese es otro deber que estoy a punto de cumplir.

Tomado de Dpto. de Comunicación del Ballet Nacional de Cuba

 

ELZ

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