Por unas horas se adelantó este jueves la llegada del equinoccio de primavera, debido a la forma en que la Tierra se mueve en su órbita alrededor del Sol. El equinoccio marca el momento en que el Sol cruza el ecuador celeste, dando lugar a un día y una noche casi iguales en duración en todo el planeta, o sea, la Tierra se encuentra en una posición donde el Sol ilumina de manera equitativa ambos hemisferios.
Tomada de Star Walk |
A partir de esta fecha, los días comienzan a alargarse progresivamente hasta el solsticio de verano en junio, cuando se alcanza el día más largo del año.
El equinoccio de primavera ocurre regularmente el 21 de
marzo, sin embargo, tal como sucedió el año anterior, en 2025 llegó el día
jueves 20 de marzo, pero en esta ocasión desde horas de la tarde de esta
jornada.
Detallan que el equinoccio no ocurre en una fecha fija
porque el año trópico (el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita)
no es exactamente de 365 días, sino de 365.2422 días.
Nuestro calendario tiene 365 días, por lo que existe un
desfase de aproximadamente seis horas cada año y los años bisiestos tienen la
función de corregir dicho desfase, cada cuatro años se añade un día extra, es
decir el 29 de febrero, para ajustar el calendario. De esta manera los
equinoccios y solsticios se desplazan levemente en las fechas.
Explican los astrónomos que la Tierra tiene un movimiento
de “bamboleo” llamado precesión, que afecta lentamente la posición de los
equinoccios a lo largo del tiempo. Durante el solsticio de invierno, que tiene
lugar en diciembre, el Sol marca el extremo sur de su trayectoria anual.
Tras este punto, inicia un nuevo ciclo desplazándose
progresivamente hacia el norte, en dirección al equinoccio de primavera, evento
astronómico que ocurre en marzo.
A partir del equinoccio primaveral, el astro solar
continúa su camino hacia el norte, alcanzando su punto más alto en junio,
durante el solsticio de verano.
Tomado de Prensa Latina
ELZ
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