El cierre de programas de la Agencia de los Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) no significa el cese de la
política hostil contra Cuba, afirmaron especialistas en el programa radio
televisivo Mesa Redonda.
Tomada de Cubadebate |
Para la subdirectora general de los Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Johana Tablada, el despido de unos cinco mil 800 empleados, y el recorte de más de 400 mil millones de dólares de los fondos de esa Agencia promovidos por la administración de Donald Trump, es en realidad un reacomodo de esos programas subversivos.
Una prueba de ello es el anuncio reciente de sanciones
unilaterales que incrementan la agresión contra la cooperación médica
internacional de la nación caribeña bajo argumentos falaces.
De acuerdo con la funcionaria, en esos programas no
concurre ninguna de las características que definen una operación de
explotación o trata de personas, y se ajustan a los esquemas de Naciones Unidas
para la cooperación Sur-Sur.
Esa colaboración es respetuosa de las leyes nacionales de
los países receptores, y aporta un beneficio real a los pueblos de esas
naciones, apuntó la diplomática al intervenir en el programa.
El pasado 25 de febrero, el Departamento norteamericano
de Estado anunció la decisión de suspender los visados asociados a acuerdos de
cooperación médica internacional de la nación caribeña, una medida calificada
por el ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez como otra agresión
injustificada contra el pueblo de Cuba.
Marco Rubio, el secretario de Estado, una vez más coloca
su agenda personal por delante de los intereses de su país. La suspensión de
visados asociados a acuerdos de cooperación médica internacional de Cuba,
representa la séptima medida de agresión injustificada contra nuestra población
en un mes, apuntó en la red social X.
En el espacio televisivo, el catedrático Jacinto
Valdés-Dapena recordó que la Usaid fue creada el 3 de noviembre de 1961, tras
el fracaso de la invasión de tropas mercenarias por Playa Girón, por la
necesidad del gobierno de Estados Unidos de aislar a la Revolución cubana y
silenciar su ejemplo.
Para los panelistas, ese financiamiento con el propósito de promover un cambio de régimen, se mantiene hoy, directa e indirectamente, por ejemplo, a la mal llamada prensa independiente, pese al temor de los receptores de esos fondos sobre su posible suspensión.
Tomado de Prensa Latina
ELZ
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