A pesar de sus poéticas premoniciones, Villena no supo morir prosaicamente un 16 de enero.
Foto tomada del perfil en X del Instituto de Información Comunicación
Texto Rosa Pérez López
Quiso volar tan alto que sus pulmones atormentados se le volvieron nubes y allí la poesía se transformó en ideal.
Su verso nunca preciso de balas; un Mensaje Lírico Civil fue el proyectil anunciador de la carga demandada por la historia… y desde entonces los bribones fueron condenados a morir
Por eso Villena no supo partir prosaicamente; no tuvo tiempo de hacerlo, como sólo les ocurre a los elegidos tempranamente por la muerte; por esa muerte que tiene tanto de inmortal y resucita de sí misma a golpes de ideal y de poesía.
Anduvo Villena reivindicando injusticias y conventos con el febril desasosiego de quienes toman la vida como un tránsito urgente y con la mirada serena de los que alcanzan a ver el infinito antes de tiempo.
Tal vez jamás imaginó Villena su trascendencia.
A veces los poetas no suelen comprender las exactas dimensiones de sus actos.
A él solamente le bastó soñar mejores futuros y luchar por conseguirlos, para pervivir alentando nuevas cargas e iluminando la patria con su pupila insomne.
YVL
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