Hoy se cumplen sesenta y ocho
años de la primera vez que en esta tierra se vistiera el uniforme verde olivo.
Texto Rosa Pérez López
Fue en Santiago de Cuba donde la rebeldía amaneció tomando las calles y las almas de la indómita ciudad en apoyo a la llegada de Fidel y quienes le acompañaban en el Granma, para cumplirle a la patria su promesa: "Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo".
Fue en Santiago de Cuba, donde nada podría provocar asombro, y sin embargo aquel amanecer del 30 de noviembre de 1956 la ciudad despertó con un sobresalto verde olivo.
El coraje de los luchadores por la definitiva independencia de la patria se había uniformado de esperanza y en los brazos que alzaban los fusiles redentores se inauguraba el símbolo de un brazalete rojinegro.
Santiago de Cuba se levantaba en armas para apoyar un desembarco de promesas, y se anticipaba al heroísmo que escalaría la Sierra para descender de ella un primero de enero con la injusticia y la opresión descabezadas.
Parecía que ya nada podría causar asombro en Santiago de Cuba, pero aquel 30 de noviembre de 1956 la ciudad amaneció con la certeza de que nuestra gloriosa e irreversible historia vestiría de verde olivo para siempre.
YVL
Véase
https://www.invasor.cu/es/secciones/historia/30-de-noviembre-de-1956-jornada-luminosa-y-combativa
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