Recordó Alfred Rosenberg, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), de España
Alfred Rosenberg/Foto EFE |
Por: Redacción digital
Explica Alfred Rosenberg que la segunda ley de Kepler dice que la Tierra viajará más despacio cuando estés más lejos del Sol, y más rápido cuando se sitúe más cerca.
Y añade que se pueden determinar las velocidades en ambos puntos extremos de la órbita, por lo que el próximo viernes la Tierra se desplazará a poco más de 29 km/s, a 1 km/s menos de a lo que se movió el pasado 3 de enero.
Como símiles de esa distancia ha puesto que equivaldría a recorrer la distancia entre Madrid y Barcelona (o la distancia entre la Graciosa y el Hierro, unos 500 km en ambos casos) en 17 segundos.
Se tardaría medio segundo más en recorrer esta distancia en el afelio que en el perihelio, y comenta que un efecto curioso de esta diferencia de velocidades es que el verano en el hemisferio norte tiene unos 5 días más que el invierno.
Con esos datos Alfred Rosenberg dice que se puede deducir que la órbita de la Tierra es bastante próxima a una circunferencia, y agrega en el caso de un planeta más extremo, como puede ser Mercurio, éste sufre de una variación bastante más notable, de un afelio a 70 millones de kilómetros, a un perihelio a 46 millones de kilómetros.
Desde su superficie, el tamaño aparente del Sol pasa de ser cuatro veces mayor que el que se ve desde la Tierra a ser casi diez veces mayor, y desplazarse alrededor del Sol desde casi 40 km/s en el afelio a casi 60 km/s en el perihelio, anota el divulgador del IAC.
Alfred Rosenberg indica que hay dos factores relevantes al definir las estaciones en un planeta: la distancia a su estrella y la inclinación del eje de rotación del planeta.
En el caso de Mercurio, su inclinación es nula, por lo que es la distancia al Sol la que marcará principalmente la temperatura en su superficie. Pero en la Tierra, inclinada 23,5 grados, es su inclinación el factor principal en definir las estaciones, y no la distancia al Sol.
Es por ello que las estaciones están invertidas en ambos hemisferios, y que el solsticio de verano en la Tierra coincida con el de invierno del hemisferio sur (y viceversa).
Alfred Rosenberg comenta que cabría pensar que las estaciones en el hemisferio sur fuesen más extremas que en el norte, ya que la mínima distancia al Sol coincide con su estación estival, pero “no es el caso”.
Hace hincapié en que la meteorología y el clima es mucho más complejo, y deben tenerse en cuenta factores como las superficies cubiertas por tierra o por océanos en cada hemisferio, siendo la superficie terrestre aproximadamente el doble en el hemisferio norte que en el sur, provocando un mayor calentamiento.
Foto/CubaSí |
Tomado de CubaSí
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