El descontrol de los lanzadores de Industriales, sobre todo de su cuerpo de relevistas, es uno de los factores que han incidido en el resbalón del equipo durante el segundo tercio del calendario de la LXIII Serie Nacional de Béisbol.

Después del partido 38, los rescatistas felinos otorgaban un promedio de 6.88 bases por bolas cada nueve entradas, los peores del torneo, y eso provocó que les anotaran 6.09 carreras limpias en ese trayecto y ocuparan el lugar 12 en efectividad entre todos los equipos.

Tribuna de La Habana visitó el estadio Latinoamericano en busca de una explicación a este flagelo, que está incidiendo en las victorias de un conjunto señalado entre los favoritos para pasar a la postemporada.

«Hay muchos elementos que inciden en el descontrol que hoy presentan los lanzadores de Industriales», declaró su entrenador de pitcheo Reynier Madruga.

«Los problemas se lo achacamos a las deficiencias en el bullpen, que no están diseñados de la mejor forma, a la falta de pelotas y al escaso trabajo con ellos en las prácticas», agregó el profesor de 41 años con una experiencia de más de dos décadas en los terrenos.

Madruga tiene un amplio palmarés en el mundo beisbolero desde que comenzó a dirigir las categorías menores en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón.

Ha ganado como mentor y entrenador de lanzadores varios campeonatos provinciales y nacionales con equipos de diferentes edades, además de integrar selecciones nacionales en varias funciones, entre ellas la de director de la escuadra cubana sub 15 en 2019.

El profesor se queja además por el poco tiempo que disponen sus pupilos para entrenar dado el horario de los desafíos y la poca experiencia con las que cuentan para enfrentar el reto de trabajar en una Serie Nacional.

«Nosotros tenemos en este equipo 16 lanzadores y la mitad de ellos son de nuevo ingreso, no han lanzado casi en sus categorías y aunque no son de primer nivel han tenido que asumir el trabajo», señaló.

«Esos atletas han enfrentado una etapa donde tienen que lanzar en momentos claves y no están preparados aún para eso porque los serpentineros se hacen en un micro de 4 años y ellos han quemado las etapas de preparación y adaptación», añadió.

Madruga apunta que esos muchachos han tenido que cumplir un rol protagónico en partidos cerrados, con bases llenas y público en las gradas y psicológicamente no están listos para imponerse al no tener aún las herramientas necesarias.

Otro de los elementos que influyen en la cantidad de bolas concedidas, según su opinión, es que se cuidan mucho de los bateadores, no enfrentan el combate, huyen la pelota y no atacan el home.

Además, como nunca han vivido el rigor de un torneo largo, asegura que se cansan más fácilmente porque no están acostumbrados a los viajes, y de ahí vienen la descoordinaciones en los movimientos.

«Nosotros seguimos trabajando, seguimos enfrascados en la preparación específica y general con ellos. La etapa previa a la Serie Nacional fue de cuatro semanas y un lanzador para esta competencia necesita más y hemos tenido que hacer ajustes sobre la marcha, sobre todo por las ausencias», acotó.

No obstante todas esas deficiencias, Madruga asegura que nunca han dejado de enfocarse en la preparación con respecto a las pesas, las ligas y el bullpen.

«Estamos conscientes que el equipo, a pesar de sus lagunas, saldrá adelante. Se puede esperar una mejoría», concluyó.

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odh/Tribuna de La Habana