La serie En silencio ha tenido que ser, es un ícono audiovisual de la Televisión Cubana que demuestra la vigencia de esta obra de arte, con un altísimo contenido -desde todos los puntos de vista-, que demuestra su vigencia en el tiempo; incluso por su valor documental e histórico que puede ser entendido por y extendido a otros públicos.

En el más reciente capítulo -transmitido el sábado en el horario estelar entre el espacio de Telenovela y la Película del sábado-, se observan detalles referentes a una de las operaciones de la Seguridad del Estado para desactivar uno de los numerosos intentos de atentado contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Durante la dramática puesta en escena, bajo la dirección del archiconocido Jesús Cabrera, el cuidadoso guion (a cargo del asesor literario, de entonces, Félix Pita Rodríguez, quien merece un aparte por su legado literario, en próximas líneas) expone el trabajo de equipo en los oficiales de la inteligencia cubana; el alto precio de trabajar en el anonimato; el sentido humanista que implica entregar la vida a cambio del único reconocimiento personal: proteger y defender a nuestro pueblo y la continuidad de la Revolución Cubana, en ese precepto martiano, de cumplir con el deber.

Una serie que fuera valorada, incluso, por los propios enemigos por el indiscutible testimonio de acciones que aún perduran en el combate que obliga a permanecer en el silencio, hasta de los nombres de compañeras y compañeros caídos en el cumplimiento de su deber.

Destacan las actuaciones, cada una merece un capítulo, si fuera este un análisis crítico con ese propósito; el trabajo de fotografía, de las cámaras; banda sonora que identifica la creación realizada por los hermanos Vitier, para construir una serie en la cual destaca el enfrentamiento de los servicios de inteligencia de Cuba, frente a la poderosa tecnología de la CIA y el Pentágono en función de la guerra encubierta contra Cuba.

La secuencia de este capítulo, es casi una obra de arte. Disfruta de ese binomio de actores: Mario Balmaseda y Sergio Corrieri, en el momento que Reinier, transmisor de la enorme carga que presupone el dolor incontenido. David choqueado por el impacto brutal va cayendo su cabeza sobre el hombro del compañero de luchas, del hermano, del amigo y su rostro y cuello adoptan el color intenso de la sangre.

Decía el director Cabrera, en una de sus entrevistas concedidas a medios de difusión cubanos que: “Para la preparación de En silencio ha tenido que ser, se conformó un colectivo de trabajo integrado por psicólogos, escritores como Abelardo Vidal, oficiales del Minint, nuestro jefe el general Fabian Escalante (Roberto) y algunos agentes, cerca de sesenta, como fue el caso de Nicolás Sirgado. De los distintos agentes que entrevistamos fuimos sacando los personajes de En silencio. Empezamos a trabajar y rápidamente se confeccionaron cuatro guiones, así arrancamos”.

Un gran acierto volver a retransmitir esa obra de arte del audiovisual de la Televisión Cubana, sobre todo para compartir con las nuevas generaciones, pasajes de nuestras luchas que permanecen ocultos, inconclusos por su vigencia y, especialmente, por la caracterización de héroes que tienen en sus corazones el compromiso con nuestra Patria y su perdurabilidad de la verdad entre el silencio y el tiempo.

Leer:

Falleció el actor, teatrista y promotor cultural Harold Vergara Padrón

nyr/Tribuna de La Habana