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“Domadores” del apagón

 







Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez

 Ante el actual déficit en la generación de electricidad, centros escolares y productivos de la capital, aplican medidas capaces de propiciar el ahorro y garantizar el cumplimiento de sus programas o misiones

José Carlos, Aynoa y los niños de su grupo, siguieron aprendiendo esa mañana, aunque se fue la luz.

Son muchos los años de experiencia de la maestra Tania Alfonso Valdés, como para detener las clases por falta de fluido eléctrico.

Un cuarto de siglo frente a las aulas y la preparación metodológica, la adiestraron con el fin de responder a situaciones como esas. 

Cuando llega el apagón, ellos practican juegos instructivos y actividades complementarias, las cuales permitan afianzar conocimientos en las asignaturas de Lengua Española, Matemática o El mundo en que vivimos.



La docente de segundo grado de la Escuela Primaria Frank País García, en el municipio capitalino de Plaza de la Revolución, dice: “Tratamos de dar continuidad al proceso educativo y reforzar contenidos antes impartidos en clases. Abrimos bien las ventanas para aprovechar la luz solar y ejecutamos programas, siempre evitando que los pequeños fijen la vista”. 

Luego agrega: “La formación integral de los niños es prioridad, y a esa edad, pueden recrearse y a la vez aprender, incluso, esto ayuda a afianzar conocimientos”.

Llegamos allí y estudiaban las vocales con unas letras enormes y coloridas, formaban sílabas, repasaban las figuras geométricas.

El pequeño José Carlos Hernández Calderón, para demostrar lo aprendido, explicó que el círculo carece de lados y de vértices, sin embargo el triángulo sí los tiene.

La pionera Aynoa Leonor Guilarte García, es una niña avispada. Jefa de destacamento desde primer grado.

Ella puso ejemplos de cómo traslada a la familia, las instrucciones recibidas en la escuela, acerca del uso correcto de energía eléctrica.

Dijo: “En la casa cuando salimos de una habitación, apagamos las luces y equipos que no estemos usando. Y lo otro es, aprovechar la luz solar. Eso lo conversamos mucho, porque sabemos la importancia de ahorrar, para evitar apagones”.

María Díaz Rosendo, la directora de la escuela, con una matrícula de 489 alumnos, apuntó que ellos reciben con anticipación la programación de afectaciones eléctricas, por parte de organismos superiores.

Se refirió a las flexibilidades, gracias al perfeccionamiento del sistema educacional. “Así podemos introducir actividades complementarias, tal es el caso de las labores en los huertos, ejercicios para mejorar la expresión oral, o trasladamos a esos turnos la Educación Física”, apuntó. 

Luego añadió: “Tenemos funcionando las Brigadas Clip, integradas por educandos con la misión de recorrer el centro y apagar luces o ventiladores encendidos innecesariamente”.

Calificó de vital la labor instructiva, porque los estudiantes deben conocer acerca de la presente crisis energética. “Eso les permite valorar cómo ellos mismos pueden apoyar”, aseguró.

Puso de ejemplo la presencia de los padres en los matutinos, donde hablan del uso racional de energía también en las casas y puestos de trabajo. 

“De esa forma cumplimos el Programa de Ahorro de Electricidad, aprobado por nuestro ministerio y nos sentimos satisfechos, porque contribuimos con la formación integral de los alumnos”, concluyó María, quien lleva 15 años de directora del plantel.

nyr

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