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Texto: Rosa Pérez López
Como en los tiempos gestores de la guerra necesaria organizada por
José Martí, y como ha sido a lo largo de la Revolución encabezada por
Fidel Castro, de pensamiento sigue siendo la guerra mayor que se nos
hace. Un enfrentamiento que sólo es posible librar desde las trincheras
de nuestros principios, tanto más infranqueables en la medida que la
prensa cubana cumpla cabalmente su cometido doctrinario, como la
concibiera el Apóstol al fundar el periódico Patria, y el Comandante en
Jefe al erigirse en esclarecido comunicador de su ideario justiciero.
Urge entonces que nuestra prensa asuma los actuales desafíos con el
rigor profesional, la honestidad, la sagacidad y la valentía que
demandan estos tiempos, para que el ejercicio del periodismo sea,
más que una profesión, un credo que los periodistas cubanos
debemos profesar, comprometidos con los valores y preceptos que
contribuyan a perfeccionar y consolidar cada vez más las conquistas
del socialismo, sin recurrir ni al hipercriticismo que debilita, ni a la
complacencia que acomoda.
“Cuanto nos enseñe con menos fuerza de la que tenemos en la
realidad; cuanto nos muestre entretenidos en el camino mientras el
enemigo refuerza sus trincheras, eso no es nuestro.” Advirtió Martí.
Criticar no es una meta, sino la aplicación desde posiciones de
principios, de un método para interpretar la realidad en su conjunto,
promover acciones colectivas para transformarla, y superar las
imperfecciones;. Sentenció Fidel.
De tan magistrales tesis ha de nutrirse hoy y siempre el desempeño de
los profesionales de la prensa en Cuba, unidos, certeros y oportunos,
en esta guerra de pensamiento que se nos hace... y que es preciso
ganar a pensamiento.
Leer:
Día de la Prensa Cubana: Para seguir soñando certezas
nyr
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