Esta vez no hubo invasión Pirata en el estadio Latinoamericano, pero sí mucho humo tóxico de los Vegueros de Pinar del Río, que bajo las órdenes de Alexei Ramírez vencieron 6-2 a los Leones capitalinos, en un duelo que se definió en las postrimerías.

Con el «misil cubano» conversé apenas llegué al Coloso del Cerro y me bastaron unos segundos para percatarme del liderazgo que tiene dentro de la tropa pativerde.

En el terreno fue un verdugo, como lo ha sido desde que se vistió con el uniforme de su provincia, después de 17 años de ausencia.

Par de cohetes fletó en el choque el dos veces Bate de Plata en Grandes Ligas, uno en el capítulo de apertura para abrir el marcador y otro de dos bases en el noveno episodio para traer a dos compañeros a casa y sentenciar la muerte de los felinos.

Al principio todo iba bien para la tropa de Guillermo Carmona, que disfrutó del buen trabajo del abridor Remberto Barreto (seis entradas y una carrera permitida) y del cañonazo de Alberto Calderón con los bases repletas que trajo empate y ventaja para el plato.

Una carrera sucia le anotaron los de vueltabajo al joven Rafael Orlando Perdomo en el séptimo capítulo y su gran amigo Frank Herrera, luego de una entrada tranquila, soportó las cuatro rayitas que inclinaron la balanza por el mal rescate de Juan Xavier Peñalver.

El taponero, en medio de la expectativa de los fieles reunidos en los graderíos, concedió un boleto con las almohadillas repletas y soportó el letal doble de Ramirez.

Industriales ya no está invicto, pero lo que he visto desde la boca del León es motivante. La pugna con los Vegueros siempre es dura, pero mañana la historia puede ser diferente. Nos vemos en el estadio.

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La hora de la verdad se acerca

odh/Tribuna de La Habana