Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez
La disyuntiva del país de vivir con los productos, bienes y servicios que sea capaz de obtener con sus medios, pasa por el importante aporte del sistema de formación profesional de centros de ese nivel de enseñanza
La muchacha es muy joven, se llama Annia Arboláez Sansarís y estudia primer año de Danza en la Universidad de las Artes (UA), de La Habana.
Cuando inició hace algún tiempo un proyecto infantil en una comunidad vulnerable, dice que tuvo algunos detractores. Ella, desde espacios culturales, trata de promover políticas por la equidad racial y eliminar vestigios de épocas pasadas, pero que aún persisten en la sociedad cubana. La piel de Annia es de color de ébano y condena la discriminación en cualquier ámbito.
Cuando la conocí, los pequeños de todas las razas se unían en rondas, cantos y juegos, motivados por artistas y payasos. Los niños casi nunca sienten diferencias entre ellos. A veces somos los mayores los que les inculcamos ideas que nada tienen que ver con estos tiempos.
En esa muchacha pensé cuando Rolando Ortega Álvarez, Rector de la UA me habló de la participación de ese prestigioso centro en el Congreso Internacional Universidad 2024, auspiciado por el Ministerio de Educación Superior (MES), que sesionó esta semana en la capital del país.
La institución asiste con 44 delegados, de ellos 37 que presentan ponencias y el resto son decanos y directivos. Es la delegación más amplia de los últimos certámenes los que participaron en la XIV edición del cónclave.
Unos de los trabajos que ellos aportaron estuvieron los relacionados con el papel del artista- profesor en la labor comunitaria. Se trata de cómo pueden transformarse para bien sitios desfavorecidos, a partir de acciones que promuevan la capacidad de las artes de elevar el espíritu, el mejoramiento humano y la superación de niños, mujeres y hombres.
Otra de las temáticas estuvo vinculada con la formación integral de las nuevas generaciones, y la tercera vertiente a la intensión de potenciar la realización de posgrados y maestrías.
La UA, conocida popularmente por su antiguo nombre; Instituto Superior de Arte (ISA), alistó un precioso stand en los salones del Palacio de las Convenciones, de La Habana. De manera muy atractiva expusieron un resumen de los últimos años de los resultados científicos y académicos.
Los proyectos que desarrollan se basan en tres componentes: ¿qué lograron en conjunto estudiantes y docentes en el contexto académico, en el investigativo- laboral y en el extensionista?
En cuanto al primero de ellos, el académico; tienen un grupo de trabajo que se refiere a la formación de los educandos, tanto en pregrado como en postgrado.
La parte investigativa se relaciona con misiones de campo y en las áreas vinculadas con las 44 disciplinas que imparten en las seis facultades de la UA.
Promueven profundizar el trabajo científico de estudiantes y maestros. Muestra de ello son los avances en el claustro de profesores que está conformado hoy por 90 doctores y 146 masters.
El Congreso Internacional Universidad 2024 deviene espacio para exponer esas ideas, según explicó Ortega Álvarez.
En el certamen dialogan acerca de avances científicos, académicos, buscan alianzas, trazan estrategias.
El Rector comentó que la UA dirige la Red de Universidades de las Artes (RUA), en la cual convergen educandos, docentes y universidades, vinculados con estas ramas. Ese sistema propicia el intercambio con la vanguardia artística internacional, en defensa del pensamiento latinoamericano y su relación con el mundo.
nyr