Carlos Manuel de Céspedes

 

Imagen del artista de la plástica Amaury Palacio Puebla,/Trabajadores

Hace hoy 150 años la Patria quedó huérfana de Céspedes

Había muerto de balazos y traición el patriarca que renunciara a su
hacienda y heredad por consagrarse en cuerpo y alma a la lucha por la
independencia de Cuba.

El próspero esclavista que en un ingenio de Yara diera la libertad a su
dotación
, para que las manos que hasta entonces empuñaran el machete
en el cruento cañaveral, lo enarbolaran en la insurgente manigua.

El padre que conminado a traicionar sus ideales ante el cadáver de su
hijo, proclamó en sublime gesto de amor y compromiso que sus hijos eran
todos los cubanos, a quienes debía su lealtad y por cuya redención
estaba dispuesto a luchar hasta la muerte.

Y la muerte encontró el Padre de la Patria, emboscado el 27 de febrero
de 1974 en San Lorenzo.
Y allí tal vez. en el alma de la mambisada
doblara por la inmortalidad ganada por Carlos Manuel de Céspedes, la
campana que tocó a rebato un 10 de octubre, para abrirle a Cuba y los
cubanos el arduo y glorioso camino hacia su soberanía.


nyr


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