La verdad es que el propio desarrollo del concierto del domingo próximo y su dinámica, me hace creer que no alcanzará el tiempo para dar los muy merecidos agradecimientos a todos mis artistas invitados participantes, quiero que los que no puedan estar presentes sean testigos de mis muestras de afectos y reconocimiento por ese noble gesto.

Dando continuidad a la práctica de la acción de agradecer, quiero primeramente dar gracias a varios artistas cubanos y no cubanos, residentes en Cuba y no residentes en Cuba, por la disposición, aunque por diferentes razones no les fue a ellos posible hacerlo. Para no hacer diferencias y protegiendo la identidad de algunos que por razones personales lo requiere, no mencionaré sus nombres, cada uno de ellos sabe, que en estas palabras está simbólicamente mis agradecimientos.

Con mencionar el nombre de la cantante amiga brasilera Myrla Muñiz, país y música que le debo haber bebido de sus influencias y enseñanzas; de la sorpresa presente que será la cubana, brasilera americana Aimara Villavicencio (a la cual vi nacer) y será su gran y primera oportunidad de reencontrarse con sus raíces; al músico harmonista brasilero Pablo Fagundes, un gran fenómeno musical; al gran Orlando Valle(Maraca), gran amigo y trascendental flautista universal; Jorge Reyes toda una leyenda del jazz en Cuba y en el bajo; Rodrigo García, súper talentoso pianista de la más joven generación; Andy Quincoses, un joven sorpresa del piano; Hector Quintana, Emir Santa Cruz y Michel Herrera, fundadores de la Joven Jazz Band y hoy músicos indispensables en la escena del jazz en Cuba.

María Alejandra Scut y Jorge Sanz, mis fieles e incondicionales en los coros, El proyecto Oralitura, que además de su frescura en su arte de la décima, conducirán el concierto; Kiko Ruiz, genial cantante y “un todo terreno” José Luis García, formidable percusionista, Belinda Guerra, “la mística flauta en escena, excelencia pura”; la gran cantante norteamericana Theo Valentín, que de seguro dejará muchos deseos de tenerla de nuevo; Alain Pérez, genio musical y un fuera de serie; Mandy Cantero, “nervio puro, calidad, espontaneidad y música por arrobas”; a mi hermano y gran maestro del violín Lázaro Dagoberto González y sus jóvenes músicos de su orquesta de cuerdas.

Gracias en mi condición de “amadeista” a la Escuela de Música “Amadeo Roldán” y su director Daniel Pérez Febles, por su generosidad y decisivo apoyo (con modestia y sin ruidos).

Agradecimientos reiterados a una de mis invitadas especiales, la excelente cantante Zunilda Remigio (una mujer plagada de múltiples virtudes) y mi productora insigne Yudenis Betancourt, ambas esposa e hija.

Igualmente reciban mis agradecimientos la productora general Ivón Law, el director artístico Efrain Sabas, el CNMP, el ICM y todo el personal del Teatro Nacional.

Ante todo y de forma reiterativa está también mi agradecimiento a mis maestros eternos, luz eterna para los que no están entre nosotros y salud y larga vida para los que aún están.

GRACIAS A TODOS

nyr/Tomado del perfil de Facebook de Joaquín Betancourt Jackman)