Si bien en el alba de 2024 las emociones de los play off de la II Liga Élite (desde el 6 de enero) centrarán la atención –con cada equipo con un plus de calidad tras la toma de refuerzos, y en los cuales el tunero Danel Castro podría llegar a la cota de los 2 500 jits, para engrandecer más su leyenda; y Yordanis Samón y el casi mítico Frederich Cepeda continuarán su duelo por la corona de dobles en la pelota cubana, hoy igualado con 254 batazos de ese tipo–, otro torneo necesita de alta prioridad. Desde el día 20 retorna el certamen de Clubes Campeones.
¿De qué se trata? De una lid en la que los aspirantes al título son los campeones provinciales y el del municipio especial Isla de la Juventud, defendiendo los colores de sus municipios. No es una selección provincial, es la comunidad en pos del título de Cuba, es el terruño al que se le van a entregar todas sus fuerzas y esfuerzos en busca de la gloria. Es la lid participativa de más importancia, y en consecuencia, la que empodera a esa célula territorial, decisiva en el desarrollo del país, y la pelota no es la excepción.
Se jugará este torneo allí, en el estadio de la localidad, y ha de ser un acontecimiento, porque antes de enfundarse en la camiseta de un Industriales, o de un equipo Cuba, llevar en el pecho la del Cerro, como es el caso de La Habana, es la primera sensación de sentimiento grupal, de colectivo y de patria chica.
Otros que tienen ya decididos sus campeones son Guantánamo, con su porción más oriental, Maisí; Granma, con Campechuela; Ciego de Ávila, con Primero de Enero; la Isla de la Juventud, con su combinado deportivo Irene Hernández, en tanto con el mismo nombre de sus provincias estarán los municipios cabecera Cienfuegos, Holguín, Las Tunas y Camagüey.
Esperan por conocer sus titulares, cuyos eventos ya están en su fase final: Pinar del Río, Mayabeque, Villa Clara, Santiago de Cuba, y Sancti Spíritus, mientras que no están contemplados en la lid Matanzas y Artemisa, pues no hicieron sus justas provinciales. Sin embargo, Juan Reinaldo Pérez Pardo, comisionado nacional, afirmó que se revisarían esos casos, aunque precisó que es un requisito la celebración del torneo de base para participar en el de Clubes Campeones.
Así ha de ser, pues es un proceso que, si no es orgánico, jamás alcanzaría su cualidad más importante e imprescindible, la de la participación. En ella se ha afincado el movimiento deportivo cubano para llegar a ser una potencia deportiva. Alejarnos de ese concepto flagelaría la calidad, incluso la de los torneos de primer nivel, como nos pasa ahora, al margen del éxodo de los peloteros a otras lides.
Serán mejores esas provinciales en la misma medida en que pueda organizarse en el propio municipio un campeonato a ese nivel, o que las escuelas de primaria y secundaria de los territorios tengan sus equipos y logren armar un torneo ajustado a sus posibilidades.
Es paradójico que las dos que se revisan, por no desarrollar sus campeonatos, sean provincias con sus equipos en la postemporada de la última Serie Nacional, y hoy entre los cuatro grandes de la II Liga Élite, uno de ellos, por demás, el gran favorito, Matanzas.
Esta será la etapa preliminar: campeones de Artemisa vs. Pinar del Río; La Habana vs. Isla de la Juventud; Mayabeque vs. Matanzas; Villa Clara vs. Cienfuegos; Guantánamo vs. Santiago de Cuba; Holguín vs. Granma; Las Tunas vs. Camagüey; y Sancti Spíritus vs. Ciego de Ávila.
odh/Granma
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