Los Industriales de La Habana reservaron su puesto en la postemporada antes de disputar la última subserie particular de la II Liga Élite del Beisbol Cubano
Los Industriales de La Habana reservaron su puesto en la postemporada antes de disputar la última subserie particular de la II Liga Élite del Beisbol Cubano.
El camino fue duro y tortuoso, sobre todo por la epidemia de lesiones
que atacó sus filas en la segunda mitad del torneo, hecho que obligó a
la dirección del conjunto a buscar alternativas y cambiar estrategias.
Se
alcanzó el boleto a pesar que estuvieron en números rojos dos acápites
que son muy importantes para lograr victorias en este deporte: bateo
oportuno y control de los lanzadores relevistas.
Los Leones capitalinos, luego de concluido el duelo con los Gallos de Sancti Spíritus, fueron los que menos promediaron a la ofensiva con corredores en bases (250) y los de menor por ciento de impulsadas cuando estos se encontraban en posición anotadora (20.30).
Sus serpentineros rescatistas concedieron más bases por bolas que nadie (92 en 128.2 entradas), fueron los que más cuadrangulares permitieron (14) y los que más wild pitch (30) cometieron.
En medio de estas tormentas muchos aficionados se preguntarán cómo fue posible llegar a la tierra de los playoffs con esos lastres, pero no todo fue oscuridad dentro de la nave azul.
Ante todo, la actuación de los refuerzos, tanto de los bateadores como de los lanzadores, fue crucial. Se entregaron a la camiseta y engranaron a la perfección con el grupo, al punto que sin su aporte la clasificación estaría en peligro.
La defensa fue uno de los puntos claves en medio de una liga donde los errores han estado a la orden del día. Los Leones exhibieron el mejor average de fildeo (972) con 37 pifias en los primeros 36 partidos y fabricaron 56 jugadas de doble matanza, líderes también en ese departamento.
Además, sin contar con esos grandes jonroneros en su nómina, fueron el equipo que más cuadrangulares conectó (25), varios de ellos para cambiar las decoraciones de los desafíos.
Producto del descontrol, la dirección se vio obligada a utilizar en esta etapa a 20 lanzadores -algo que ninguna otra escuadra hizo- para poder decantar y darle protagonismo a los más preparados.
El trabajo de los entrenadores de pitcheo comenzó a dar frutos y en los últimos siete pleitos sus pupilos concedieron menos de tres boletos por cada nueve episodios, una mejora notable con respecto a lo visto semanas atrás.
El próximo lunes concluirá la fase clasificatoria y dos días después se escogerán los dos refuerzos que permitió la Comisión Nacional para enfrentar los primeros cruces de playoffs.
El jueves 4 de enero, si no hay inconvenientes, está pactado el inicio de la postemporada con el encuentro entre el primer lugar de la tabla de posiciones y el cuarto, y el viernes chocarán segundo contra tercero. Nos vemos en el estadio.
odh
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