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FIART: Oasis de creatividad que surgió del mar

 

Maribel Peña Casas y uno de sus hijos. Foto: Toni Piñera

Luego de cruzar el umbral, cerca de la entrada de FIART 2023, en Pabexpo, usted podrá alcanzar, del mar, algunos recuerdos. La naturaleza entrega sus frutos y los artesanos, con su talento, los transforman para crear otra realidad muy cercana a la que vivimos. Son las sorpresas hechas a mano que atrapan a los espectadores con su carga de originalidad y tradiciones. Porque en esta Isla, bañada de mar por todas partes, a veces vivimos de espaldas a él, en todos los sentidos.

Todo Natural es el stand que invita a disfrutar de estas bondades que los artesanos de la familia emprendedora, integrada por Maribel Peña Casas y sus hijos Jaime y Javier Betancourt Peña, se encargan de traernos, luego de pasar por el tamiz de su imaginación, aquellas maravillas que el inmenso azul que nos rodea devuelve a la tierra de forma natural.

Con gusto infinito, limpieza, imaginación y creatividad a granel, los artistas recrean conchas, caracoles,
piedras y otros elementos que “expulsa” el mar cuando aparece el mal tiempo, traducido en nortes, ciclones, tormentas…, para crear un universo original: cofres, relojes de pared, cuadros, sonajeros, arboles, adornos, lámparas y mil y un objetos de la cotidianeidad que conforman un oasis artístico y natural en esta FIART.

Más de nueve años llevan participando en estas ferias y la calidad de los productos crece en cada edición. Eso se puede constatar en la terminación y la entrega cuidadosa de cada obra que lleva el sello del buen gusto. Detrás, emerge un trabajo minucioso, de estudio y constancia de los artistas que han tomado cursos en la ACAA de Matanzas, y con destacados creadores de la provincia, quienes les enseñaron el camino para la perfección de estas obras. Donde tampoco falta ese plus que las enaltece: todo es reciclado, los relojes toman como base los discos antiguos de vinilo, y las pantallas de las lámparas cobran vida a partir de pomos plásticos de yogur o de cloro, y los marcos de los cuadros, con madera de los parles de montacargas… Cada uno tiene una historia diferente.

Todo ello se camuflajea con la inventiva y el talento. La arena cubre los relojes, cuadros, cual pintura natural que hace su magia para acercarnos al ambiente de la playa azul de Varadero, donde se recuperan estos valores y que es protagonista importante de estas creaciones que rescatan tradiciones, casi olvidadas, de décadas muy anteriores, y que ellos traen al presente con ideas contemporáneas.

Nada pasa por azar en la vida. Haciendo un recuento de esta historia, Maribel contó a Tribuna de La Habana, en plena inauguración del encuentro, que cuando era pequeña, un día quedó olvidada –pocos instantes– en la playa El Tenis (de la provincia yumurina) donde se puso a recoger caracoles y conchas que ella nunca olvidó. Esos elementos naturales fueron la brújula que llevaron a esta ingeniera agrónoma, y por consiguiente a su descendencia, a rescatar de los sueños lejanos, aquellos momentos que serían cruciales para encontrar, tiempo después, el arte, y hoy nos asombran con toques de contemporaneidad y tradición que no pueden faltar en la artesanía.

Y antes de terminar, no quisieron olvidar, tampoco, al padre de familia: Ángel Luis Betancourt, pues, aunque
no trabaja directamente en la producción de estas piezas, es de oficio, pescador, un hombre amante y conocedor de los misterios del mar, que de alguna forma deja también sus huellas en este adn familiar, y también deja su grano de arena en estas obras que son muy admiradas por todos en FIART.

Muebles en el Pabellón C, uno de los más visitados. Foto: Toni Piñera
Calidad y buen gusto en las piezas. Foto: Toni Piñera
nyrr/Tribuna de La Habana 


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