Héroes

 


Por Ricardo Gómez Rodríguez

Foto: archivos históricos de la Revolución
A la derecha, el Guerrillero Heroico, que llevaba en La Sierra una pesada mochila con medicamentos, el fusil y que también cargaba con el asma que le dificultaba romper montes. El enorme Che, quien le prometió a Fidel incorporarse a la lucha, si le autorizaba a seguir expandiendo la soberanía a otros pueblos del mundo, cuando triunfaran en Cuba. Así lo hizo.
A la izquierda "el Comandante", como le llaman las mujeres y hombres de industrias, comunicaciones, energía y minas a Ramiro Valdés; al frente de sectores estratégicos donde imparte clases de dirección, control y exigencia, tanto en fábricas, como en reuniones que a veces se extienden por horas, y en las que él se mantiene de pie, caminando de un lado a otro, indicando, instruyendo.
Al centro de la foto, Camilo, el Señor de la Vanguardia, el combatiente que por mucho que Fidel y Raúl regañaran, casi siempre disparaba de pie, y las balas le temían.
Al Comandante del Pueblo, llevamos flores al mar niños, mujeres, hombres cada 28 de Octubre, desde 1960, a propuesta de su hermano de vida, Ernesto Che Guevara, quien lo consideró el más brillante de todos los guerrilleros.
En su último discurso al pueblo, con voz ronca, sin leer, bajo el ancho sombrero, dijo Camilo Cienfuegos Gorriarán: “De rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestra frente, y será el día que lleguemos a la tierra cubana, que guarda a 20 mil cubanos, para decirles, hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no cayó en vano”.

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