Hace 70 años, en un juicio, se reveló el programa de la Revolución

 

El alegato de autodefensa del doctor Fidel Castro Ruz, conocido como La historia me absolverá, convirtió, hace 70 años, de acusados en acusadores a los prisioneros juzgados por el asalto al cuartel Moncada, en el juicio que comenzó el 21 de septiembre de 1953.

Demostró, a Cuba y al mundo, que la acción contra la segunda fortaleza militar del país, el 26 de julio de 1953, no era solo para destituir a un Gobierno fraudulento. Respondía a un programa político revolucionario, a fin de remover las estructuras de la nación, vulneradas por el golpe militar de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952.

Al fallar el factor sorpresa, no se alcanzó el objetivo. Fidel fue hecho prisionero después del revés, y estuvo incomunicado numerosos días. Fue sometido a juicio y condenado a 15 años de prisión.

La instrucción de la Causa 37 comenzó por la Sala de Vacaciones del Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba, y el juicio se efectuó en tres escenarios: el Palacio de Justicia, entre el 21 de septiembre y el 6 de diciembre de 1953; en el Hospital Saturnino Lora, donde juzgaron a Fidel el 16 de octubre, separado, arbitrariamente, de la sala del Pleno; y el Centro Benéfico de la Colonia Española, el 23 de octubre.

Fidel, en su condición de acusado, afirmó: «Nadie debe preocuparse de que lo acusen de ser autor intelectual de la Revolución, porque el único autor intelectual del asalto al Moncada es José Martí, Apóstol de la independencia cubana», testimonio conocido por la presencia allí de la periodista Marta Rojas.

Fidel se declaró jefe del movimiento y de los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

Como abogado, asumió su propia defensa. Denunció los crímenes atroces del Ejército y la Policía de la tiranía contra sus compañeros, torturados y masacrados; expuso los lineamientos políticos que sostenían la acción; reivindicó la memoria de Martí, y mencionó elementos de su programa, contenidos en el Manifiesto del Moncada a la Nación.

Había revelado el programa de la futura Revolución,  y concluyó con la tajante frase: «Condenadme, no importa, la historia me absolverá».

nyr/Granma

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