Foto: Tomada de Naturaleza Secreta
Las investigaciones sobre la presencia de microplásticos en ecosistemas
marinos, desarrolladas por el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC)
y potenciadas durante el bojeo a Cuba,
marcan un referente de importancia en las ciencias oceanográficas en la mayor de
las Antillas.
En conferencia de prensa ofrecida por integrantes
de esa expedición científica en la noche de este jueves, la Doctora en Ciencias
Patricia González Díaz, presidenta del Consejo Científico del Centro de Investigaciones
Marinas de la Universidad de La Habana, subrayó que contribuirán a suplir un vacío
de conocimientos sobre el efecto de esas sustancias en la salud de organismos marinos
y terrestres.
Se determina —ejemplificó— que los microplásticos forman parte del cerebro
de los peces y el estómago de los corales, además de incorporarse al ciclo alimentario
de la especie humana, por tanto, la ciencia se orienta a evaluar el grado de esa
contaminación y sus impactos en diferentes hábitat.
González Díaz significó que estos estudios poseen
especial interés para Cuba y la región del Caribe, donde se desarrolla el turismo
como uno de los renglones económicos principales, por tanto, la conservación de
los fondos marinos y litorales resulta indispensable para satisfacer exigencias
de los clientes vinculadas a la calidad de los balnearios y las actividades náuticas.
Asimismo, es importante evaluar cómo los microplásticos se incorporan a organismos
como los peces, que forman parte de la cadena alimenticia de otras especies, incluidos
los seres humanos, cuya salud pudiera estar en riesgo al consumir las diminutas
partículas del material dúctil, en ocasiones vertido de forma indiscriminada al
entorno.
Durante los monitoreos en ecosistemas marinos y
costeros, que continúan hoy en la cayería norte de la provincia de Villa Clara,
los especialistas también efectúan mediciones de la calidad de las aguas que circundan
los arrecifes de corales.
En recientes declaraciones a la Agencia Cubana de
Noticias, investigadores del CEAC refirieron la presencia de microplásticos en playas de la zona central
de Cuba, confirmada a partir del análisis de 70 muestras de arena correspondientes
a balnearios de los litorales norte y sur, de las cuales 40 evidenciaron partículas
del material dúctil, con variedades de formas, tallas y composiciones químicas.
Desarrollado durante el año 2022, en la porción
sur de Cuba el sondeo abarcó las playas Tetas de Tomasa, situada en la bahía cienfueguera,
y Rancho Luna, que recibe los impactos del turismo local; mientras, en la ribera
opuesta tomaron como referencia los balnearios Las Gaviotas, área protegida con
categoría de Refugio de Fauna, y El Cañón, ambas pertenecientes al destino turístico
Cayos de Santa María, del territorio villaclareño.
Excepto El Cañón, las restantes playas evidenciaron
contaminación por microplásticos, sustancia
considerada una amenaza global para la conservación de la biodiversidad, los océanos,
mares y recursos marinos, por tanto, contraviene los principios de desarrollo sostenible.
Arianna García Chamero, investigadora del CEAC,
puntualizó que las mayores concentraciones se registraron en Tetas de Tomasa, sitio
que recibe un fuerte impacto antropogénico y de la zona industrial cienfueguera.
Resaltó que en el examen de las muestras intervinieron
laboratorios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entidad a la
cual se vincula el CEAC, y, a los estudios efectuados en playas de Cayo Santa María
se sumaron especialistas e investigadores del referido ecosistema priorizado.
Las indagaciones sobre contaminación por microplásticos se realizan a partir de la
metodología de la Red de Investigaciones Marino Costera —institución de la región
del Caribe encargada de estudiar los estresores marinos—, de manera que luego se
pueden establecer comparaciones con otros sondeos efectuados en el área donde se
ubica el archipiélago cubano.
En la mayor de las Antillas, los estudios sobre
la presencia de microplásticos en la
naturaleza fueron promovidos por el CEAC en el año 2016, a partir de indagaciones
que determinaron la existencia de esas partículas en sedimentos, agua y material
biológico, lo que constituyó un punto de partida para desarrollar esta línea de
investigaciones.
Con reconocido prestigio a nivel internacional,
los profesionales de ese centro se han capacitado dentro y fuera del territorio
cubano, y, en la actualidad, reciben los beneficios del proyecto internacional RLA
7025, que fortalece las capacidades para el análisis de estresores ambientales.
amss/Tomado de Granma con
información de la Agencia Cubana de Noticias
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