Foto: Cubadebate
Texto Rosa Pérez López
Del mismo modo que Bertold Bretch consideró imprescindibles a los hombres que luchan toda la vida, hay algunos cuya dimensión histórica trasciende los límites de la existencia física, para que nunca pueda prescindirse de ellos.
Tal es el caso del hijo de Angel Castro y Lina Ruz que naciera el 13 de agosto de 1956 en una finca de Birán.
Y fue su llegada semejante a una premonición, porque por alguien como él estaban esperando los campesinos que vivían como parias en la tierra que labraban y no les pertenecía; los enfermos que morían de males curables
por no recibir oportuna atención médica; los desempleados imposibilitados de asegurarle el sustento a su familia; los niños que se hacían adultos sin haber ido jamás a una escuela; los preteridos y marginados a causa de su género, su color de piel, su desamparo, su ignorancia y su pobreza.
por no recibir oportuna atención médica; los desempleados imposibilitados de asegurarle el sustento a su familia; los niños que se hacían adultos sin haber ido jamás a una escuela; los preteridos y marginados a causa de su género, su color de piel, su desamparo, su ignorancia y su pobreza.
Por la llegada de alguien como él estaban esperando incluso los mambises que tras diez años de contienda vieron frustrada la independencia de la patria por el Pacto del Zanjón y más tarde por la intervención militar que transformara a Cuba de colonia española en neocolonia yanqui. Por alguien como él estaban aguardando además los obreros y estudiantes que con tanto dolor vieron irse a bolina la revolución del treinta; y también quienes a pesar de su honestidad y patriotismo carecían de un liderazgo cabal que los condujera a realizar definitivamente sus sueños de emancipación y justicia social.
Aquel 13 de agosto de 1926 fue por ello semejante a una premonición con que la historia quiso resarcirle a nuestro pueblo varios siglos de explotación, humillación y dependencia, porque ese día nació alguien que más allá de los límites de la existencia física continúa luchando a nuestro lado hecho enseñanza, convicción, inspiración y ejemplo.
Ese hombre imprescindible que por siempre será Fidel.
nyr
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