El Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó en Twitter: «¡El León rugió en el Guillermón! Después de 11 años Industriales vuelve a una final. Gracias a habaneros y santiagueros por revivir el clásico, los estadios abarrotados, la conga, la sana rivalidad. Que dure la pasión. Cuba lo merece»
Cuando terminó el primer tercio de la temporada, con 15 partidos, estaba en el último lugar, con solo siete victorias y un fardo muy pesado de opiniones adversas, hasta de sus propios seguidores. Nadie, pero nadie imagino que anoche, ante un colosal Guillermón Moncada, y viviendo hasta la última instancia el clásico de la pelota cubana ante Santiago de Cuba, culminara su tarea de estar en la final de la 62 Serie Nacional.
Industriales ha ido a contracorriente. Fue creciendo, juego a juego, desde el frío sótano hasta anclar en la quinta posición y ganarse un puesto en la postemporada. Fue exigido por otro combativo equipo, los Gallos espirituanos, a jugar, también siete juegos en cuartos de final.
Trayendo al poeta al estadio, los Leones azules han llegado a hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.
Ayer, en el séptimo juego no había ventaja. La plaza santiaguera tomaba un matiz alentador, pero en el terreno, la formación capitalina llegaba mucho mejor al partido decisivo. Su plataforma de lanzamientos tenía mejor estructura, con el abridor Raymond Figueredo, y listos Rafael Perdomo, Frank Herrera y el cerrador Juan X. Peñalver.
Aun así, la tensión abrazaba a los jugadores de uno y otro lado, como si el terreno, en la tierra caliente, los quemara. En la segunda y tercera entradas, las Avispas, con hombres en primera y segunda y un out, no pudieron anotar. Raymond Figueredo ponchó a Erick M. Serrano y retiró en primera, sin asistencia, a Oreilly Ribaeaux. Lo del tercero fue más frustrante. Su mejor bateador, Yoelquis Guibert, sucumbió por un dobleplay.
Los azules abrieron la pizarra por un jit de anotación de Yasmani Tomás, que debió ser un out largo; doblete de Yasiel Santoya, y dos boletos, el primero intencional. Tras el empate indómito, por doble de Carlos Mounier y jit de Euclides Pérez, Industriales pegó cuatro jits, incluyendo tubey de Alberto Calderón, impulsador de la decisiva.
Alberto Bisset fue nuevamente una Avispa de batalla; el joven Wilber Reyna cumplió, también Osvaldo Acuña, en la lomita santiaguera. Párrafo aparte para Figueredo. Llevó a su equipo hasta el sexto, para que la exactitud de Frank Herrera mantuviera la ventaja y le entregara el salvoconducto a un Peñalver más dominante que nunca.
Fue un duelo digno de un último juego de play off entre los equipos más seguidos de la pelota cubana, que ya no tienen aquellos nombres de lujo; pero los pinos nuevos les hicieron honor a sus historias y a sus camisetas. Llenaron de pasión y alegría las gradas, sus ciudades y a toda Cuba, que estuvo pendiente de ellos. Visto así, ganaron los dos.
Así lo vio el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien expresó en Twitter: «¡El León rugió en el Guillermón! Después de 11 años Industriales vuelve a una final. Gracias a habaneros y santiagueros por revivir el clásico, los estadios abarrotados, la conga, la sana rivalidad. Que dure la pasión. Cuba lo merece».
ANOTACIÓN POR ENTRADAS
GUILLERMÓN MONCADA |
C |
H |
E |
|
IND |
000 120 000 |
3 |
10 |
0 |
SCU |
000 100 000 |
1 |
7 |
1 |
G: R. Figueredo (7-6). P: A. Bisset (8-6). S: J. Peñal |
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