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La escuela continuará siendo el agente coordinador de las influencias educativas. Foto: Ismael Batista Ramírez
Luego de varios años de interrupciones y
reajustes debido a la pandemia de la Covid-19, la educación cubana volverá a su
calendario habitual a partir del próximo curso, que iniciará en el mes septiembre.
Esa, precisamente, será una de las principales
motivaciones del nuevo periodo docente; afirmó la ministra del sector, Naima Ariatne
Trujillo Barreto. “Por primera vez, después de la Covid-19, vamos nuevamente a tener
un calendario con esa presencialidad necesaria, tan deseada y tan estimulante también
para nosotros, porque la vitalidad que adquiere la escuela es excepcional”, añadió.
La titular del Ministerio de Educación
(Mined) recordó que la epidemia del coronavirus –que mantuvo en vilo al planeta
durante alrededor de dos años– significó un reto extraordinario para el sistema
educativo, el cual se vio obligado a readaptar formas para el aprendizaje, a recurrir
a las redes con la participación familiar y de los profesores, en circunstancias
extremadamente adversas. Por tanto, el hecho de que en septiembre podamos iniciar
un curso que tendrá presencialidad, tal como siempre se había previsto, permitirá
resultados superiores, aseguró. Sobre la compleja etapa que concluye con el curso
2022-2023, señaló que se han realizado evaluaciones muy profundas, y si bien es
cierto que ha habido algún impacto negativo, como ha pasado en el resto del mundo,
a partir de las variantes aplicadas, del tremendo esfuerzo institucional y de la
voluntad política de la máxima dirección del país, el saldo mayor es positivo. “Consideramos
que hemos logrado el cierre de una etapa con muchos retos, pero con la satisfacción
de que nuestros principales indicadores son de una tendencia favorable en su mayoría”.
En cuanto a los preparativos para la nueva etapa
docente, expresó que se comportan según lo previsto. “Con la respuesta siempre incondicional,
y yo diría que apasionante, de nuestros maestros y profesores, vamos a tener un
curso exitoso, en circunstancias con determinada complejidad, pero para las cuales
nos hemos preparado». Trujillo Barreto afirmó que la escuela va a seguir siendo
el agente coordinador de todas las influencias educativas, pero el acompañamiento
de la familia, que es una de las lecciones aprendidas durante la pandemia, también
será decisivo.
“En estos años, si algo se reforzó, fueron precisamente
los complementos en que la familia y la escuela pueden participar, para poder conducir
la educación de los jóvenes y de los niños”, aseveró.
amss/Tomado de Granma
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