Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez
Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del
Partido Comunista de Cuba y vicepresidente de la República, encabeza este
martes los análisis y valoración del cumplimiento
del plan de la economía presentado por el Grupo Azcuba a la Comisión
Agroalimentaria del Parlamento cubano.
Julio Andrés García Pérez, presidente del Grupo, informó
que en la última zafra que culminó en mayo, cumplieron la producción de azúcar
al 72 por ciento del plan, la cifra más baja de la historia revolucionaria; y
molieron sólo el 72 por ciento de la caña prevista.
Siete centrales cumplieron sus compromisos y 17 dejaron de hacerlo; y entre las causas objetivas, mencionó problemas con el suministro de combustibles y lubricantes, además del déficit de financiamiento para los aseguramientos al sector.
A ello sumó situaciones subjetivas; como dificultades en
el proceso de dirección de las empresas, alto nivel de caña quemada que
repercute en bajos rendimientos, indisciplinas en proceso industrial y
fluctuación de fuerza de trabajo.
A pesar de los incumplimientos, esta rama dio importantes
aportes a la economía del país, a partir de sus derivados.
Sobre las perspectivas de recuperación del sector acotó
que existen 52 proyectos de colaboración extranjera, cifra que casi debe
duplicarse para finales de año.
Mencionó las dificultades reales que impone el bloqueo
económico, financiero y comercial de Estados Unidos.
Apuntó García Pérez que ante los bajos precios
internacionales del azúcar, las claves están en diversificar producciones y
potenciar la obtención de alimentos.
Entre las proyecciones enumeró la labor por mejorar las condiciones de vida y servicios en comunidades y bateyes, dignificar la atención a los obreros, venta de nutrientes a bajos precios, rehabilitación de caminos, avanzar en el programa de la vivienda, promover proyectos de desarrollo local que generen ingresos y alcanzar mayor vínculo con las universidades.
Los diputados se pronunciaron por fomentar las atenciones
culturales a la caña, el uso de la tracción animal y concentrar las
producciones en las mejores áreas.
Abogaron por políticas públicas para mejorar la atención a comunidades
rurales y rescatar la vida social en las mismas, que eviten el éxodo de
familias; cuestión que no depende de acciones aisladas, pero sí de gestiones
vinculadas a la autonomía municipal.
Siete centrales cumplieron sus compromisos y 17 dejaron de hacerlo; y entre las causas objetivas, mencionó problemas con el suministro de combustibles y lubricantes, además del déficit de financiamiento para los aseguramientos al sector.
Entre las proyecciones enumeró la labor por mejorar las condiciones de vida y servicios en comunidades y bateyes, dignificar la atención a los obreros, venta de nutrientes a bajos precios, rehabilitación de caminos, avanzar en el programa de la vivienda, promover proyectos de desarrollo local que generen ingresos y alcanzar mayor vínculo con las universidades.
Félix Duarte Ortega, miembro del
secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe de su
departamento agroalimentario, criticó que más del 55 por ciento de las áreas
estén sin cultivar y puntualizó que los rendimientos agrícolas dependen de la
organización del trabajo, la buena selección de las semillas para las siembras
y la óptima preparación de la tierra; e instó a una mayor vinculación con
centros científicos y universidades, además de promover el uso de la
agroecología y bioproductos.
Valdés Mesa dijo que la venidera
zafra debe ser superior, y recordó que el Comandante en Jefe enseñó que este
sector es más que azúcar.
Añadió que, a pesar del bloqueo
estadounidense, hay que batallar; y para ello hay que revertir la tendencia y
lograr la recuperación cañera mediante el uso de todos los métodos posibles.
Llamó a seguir empleando la
mecanización, vinculada al uso de la tracción animal; potenciar los centrales
con mayores posibilidades; y acercar la gramínea a los ingenios.
Explicó que más de 500 comunidades
del país dependen de este sector, que es necesario salvar, para lo cual hay que
laborar más y mejor; porque las mayores riquezas dependen del trabajo.
Puntualizó que, para avanzar,
tenemos la ciencia, la técnica y la experiencia de más de 200 años cultivando
la caña.
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