En cada una de las tres alzadas del envión, la prueba en la que se coronó, Marifélix Sarría implantó récord panamericano juvenil y de mayores en Cuba
Foto: Roberto Morejón Rodríguez
Tiene una fuerza primera en la familia, en su papá y en su mamá, y llora, como la niña que es, cuando les dedica la medalla.
Tiene otra fuerza en la voluntad: «Me desanimé un poco cuando en el arranque no pude lograr nada, pero quedaba el envión, mi mejor prueba», y tuvo solo unos minutos para hacer borrón y cuenta nueva.
Y tiene también, colosal, la fuerza de sus músculos.
¡Vaya combinación de poder! Solo así Marifélix Sarría pudo levantar 152 kilogramos sobre su cabeza, después de acomodarlos en los hombros. Solo así se hizo campeona centroamericana, con 18 añitos.
No estaba en los pronósticos, pero viene calladita, en ascenso, desde Cali 2021, cuando los Panamericanos Juveniles. Anclada ahora en la división de más de 87 kilogramos, no pierde el tiempo en su carrera: «¿Un día nuevo?, un kilo más», dijo ella que es su filosofía.
Ayer fue una fecha consagratoria. Repuesta del discreto arranque, hizo en el envión tres alzadas impecables (142, 148 y 152) y, con cada una de ellas, un récord continental juvenil. La última destrozó, también, la cota de mayores en Cuba.
Con esos pesos, dejó detrás a la olímpica dominicana Crismery Santana, bronce en Tokio. Luego la venezolana Naryury Pérez, campeona en el arranque, quería serlo también en la otra prueba, pero no pudo con 153, y en la pizarra el nombre de Marifélix se escribió en letras doradas.
«Vine a romper mis marcas personales, lo hice, pero también salió esta medalla. Estoy muy contenta, y espero que mi país también».
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