Detrás de las victorias de un equipo deportivo hay muchos personajes anónimos. Gente que no se roban nunca los titulares de prensa y que no se mencionan en las crónicas sobre grandes remontadas y hazañas increíbles.
Uno de ellos es Aldo Iser Santamaría, dueño y entrenador de un gimnasio ubicado en la barriada del Vedado, en la capital del país.
Este joven cienfueguero de 34 años, que jugó beisbol con el equipo de la Habana Vieja antes de graduarse de Licenciado en Rehabilitación, lleva más de un año trabajando con varios lanzadores de Industriales sin cobrar un centavo, motivado por su pasión a este deporte y por el respeto que le tiene a su profesión.
Además de Elder Nodal, quien se desempeña por estos tiempos en la Liga Italiana, un quinteto de lujo formado por Andy Vargas, Juan Xavier Peñalver, Raymond Figueredo, el novato Rafael Orlando Perdomo y Frank Herrera, siguen a diario su plan de entrenamiento, con la venia del cuerpo de dirección del elenco azul.
Herrera, quien le confió todo el proceso de rehabilitación después de su cirugía Tommy John, fue el puente para que sus compañeros acudieran a él antes del comienzo de la temporada.
"Organizó un rutina de entrenamiento para mejorar nuestro físico, aumentar peso y ganar en masa muscular, haciendo énfasis en el trabajo con las piernas", me comentó el serpentinero capitalino.
"Íbamos de lunes a viernes y hacíamos lanzamientos con pelotas medicinales, saltos, y otras cosas para lograr que el hombro y el antebrazo se pusieran como una piedra", agregó.
A lo largo del campeonato esto se ha mantenido cuando los Leones están en casa, y cuando están fuera de la provincia, Santamaría se mantiene al tanto de cada una de sus salidas al montículo para ir ajustando su plan personalizado, en dependencia del rendimiento y las velocidades que exhiben en esa jornada.
Después de 68 partidos, ese quinteto bajo sus órdenes ha logrado 25 de los 38 triunfos de los felinos, ha salvado 16 juegos y presenta un promedio de carreras limpias de 3.42, muy bueno para una liga donde mandan los maderos.
Por supuesto que el mérito no es solo de este hombre que no se menciona en las historias de grandes remontadas y hazañas increíbles, pero sin dudas se ha ganado su cuota de aplausos, y se robó el titular de esta sencilla, pero agradecida crónica.
Texto y foto/Boris Luis Cabrera
odh
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