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Rumbávila, agrupación de Musicávila. Foto: invasor.cu
Papeleos interminables para entrar a las
empresas, actuaciones cuyo pago se retrasa o nunca llega, escenarios vacíos e instrumentos
que pasan meses sin que nadie los escuche sonar, esas son algunas de las realidades
que enfrentan músicos cubanos de todo el país. A sus quejas suelen sumarse los presupuestos
reducidos por pocos espacios de presentación o los problemas con el transporte.
En el año 2013, a propuesta del Ministerio
de Cultura (Mincult), los centros provinciales de la Música (CPM) que funcionaban
como unidades presupuestadas con tratamiento especial, se transformaron en empresas,
con la misión de atender también al talento subvencionado. De acuerdo con la directora
del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, Laura Vilar Álvarez,
este cambio tan radical no se hizo con la preparación suficiente, que debió tener
estudios de factibilidad económica y capacitación del personal. Esto acrecentó muchos
de los problemas que ya existían en los territorios, incluyendo el incumplimiento
de la política cultural, y que solo se promocionen las agrupaciones de mayor rentabilidad.
La presidenta del Instituto Cubano de la
Música (ICM), Indira Fajardo, enumera, entre las dificultades actuales que sufren
tanto músicos como organismos, la poca disponibilidad de fuentes de empleo para
los artistas, la falta de materiales y recursos técnicos para poder asumir la comercialización
efectiva y las presentaciones en vivo, así como la desarticulación con otras entidades
estatales responsables de facilitar estos recursos.
Por otro lado, Ana Irma Pérez, vicepresidenta
nacional de la Asociación Hermanos Saíz, menciona otras demandas del gremio, entre
ellas la necesidad de eliminar la burocracia que hace cualquier proceso más largo
y engorroso, ya sea entrar a una empresa o hacer una actuación, el reconocimiento
profesional de los músicos, aunque estos no pertenezcan a las empresas, y la posibilidad
de que se representen y promocionen a sí mismos.
Desde el Congreso de la Uneac en 2019 se
comenzó un estudio del asunto con mayor profundidad, el cual condujo al reordenamiento
del sistema empresarial de la música, que dirige actualmente el Mincult. Un grupo
temporal de trabajo ha debatido con más de mil actores del medio a lo largo de toda
la Isla, incluidos más de 700 músicos, para arribar a una propuesta que defienda
los intereses de los artistas, a la vez que fortalezca la empresa estatal socialista
y cumpla con la política cultural del país, sin obviar la realidad de nuestra nación
ni a los nuevos actores económicos que intervienen en ella.
De acuerdo con la información facilitada
a Granma por el Mincult, en este sistema reordenado la condición de artista para
el ejercicio profesional sigue siendo acreditada solo por el ICM, y ya no estará
condicionado por la pertenencia a los centros, agencias o empresas de la música
y los espectáculos, lo que modificará los criterios de acceso y permanencia en el
sector. Para la representación de unidades artísticas se propondrán opciones complementarias
a la empresa estatal socialista, que pudieran incluir las nuevas formas de gestión
no estatal.
Se actualizarán las bases conceptuales de
la actividad presupuestada de la música, se depurarán los catálogos artísticos y
se incrementará su presencia en la programación cultural. Además, se articularán
acciones interministeriales para dar solución a las trabas que condicionan el funcionamiento
del sistema y se actualizará su marco legal.
El viceministro de Cultura, Fernando León
Jacomino, explicó que muchos de los problemas que han impedido que las empresas
funcionen tienen carácter estructural. Sin embargo, en los análisis ha salido a
relucir que buena parte de ellos no es únicamente responsabilidad del icm o de las
empresas territoriales, sino que involucra a otros actores, entre ellos, organismos
de la Administración Central del Estado, por lo que encontrar soluciones es una
responsabilidad compartida.
Fajardo agregó que, después de los dos años
de pandemia, se han reducido las fuentes de empleo, los presupuestos no son los
mismos y los músicos tienen mayores demandas para satisfacer las necesidades que
presentan como parte del medio artístico. Quedan más vulnerables aquellos artistas
pertenecientes a los espectáculos musicales y orquestas de gran formato, cuyas presentaciones
requieren mayor apoyo logístico. El objetivo de estos cambios es que todos los músicos
puedan trabajar más y mejor, para defender una manifestación que forma parte de
la identidad cubana.
El Mincult espera que, con el fortalecimiento
de la empresa estatal socialista y la introducción de nuevas formas de gestión al
sistema empresarial de la música, todos los eslabones de la cadena salgan beneficiados,
con lo que saldrá ganando el pueblo cubano, acostumbrado al disfrute de la buena
música que nace y echa raíces en nuestra Isla.
amss/Tomado de Granma
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